Mucho se habla de los efectos negativos del estrés. En el último estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el nivel de estrés en los trabajadores en el mundo, México tiene el primer lugar en estrés laboral, por encima de países como China.
La nación mexicana tiene un porcentaje de 75 por ciento, lo que indica que los trabajadores padecen síndrome de burnout o fatiga por estrés laboral. En tanto, las dos economías más grandes del planeta: China tiene el 73 por ciento y Estados Unidos 59 por ciento.
Las autoridades se vieron obligadas incluso a regular las afectaciones a trabajadores por estrés. A partir de octubre de este año, las PyMEs deberán atender factores de riesgo psicosociales que padece su personal, como el estrés laboral, ansiedad y desequilibrio del sueño, como resultado de la aprobación de la Norma Oficial Mexicana (NOM) 035, que dicta:
“Los patrones deberán practicar exámenes médicos y evaluaciones psicológicas a los trabajadores expuestos a violencia laboral y/o a los factores de riesgo psicosocial, cuando existan signos o síntomas que denoten alguna alteración a su salud y el resultado de la identificación y análisis de los factores de riesgo psicosocial, a que se refiere el numeral 7.1 y 7.2 de esta Norma, así lo sugiera y/o existan quejas de violencia laboral mediante los mecanismos a que alude el numeral 8.1, inciso b) de la presente Norma”
La piedra angular
Sin embargo, en defensa del estrés, existe un estudio de la Máxima Casa de Estudios en el país, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que compartió a los medios a través de su Dirección General de Atención a la Salud que el estrés no es negativo, cuando la cantidad es la correcta.
Es decir, si es moderado resulta positivo y útil para los profesionales, para actividades básicas como levantarse por la mañana para ir a la oficina o realizar actividades cotidianas. Hasta ahí el estrés resulta una pieza angular del éxito, un impulso para comenzar el día y seguir con las actividades que finalmente llevarán al profesional a la cima. Es causa de creatividad.
Una pequeña cantidad es positiva, el problema radica en los profesionales que muestran estrés crónico que afectan sus emociones y derivan en el riesgo de padecer enfermedades gastrointestinales y cardiovasculares, por lo que el profesional debe considerar que un poco de presión no es mala, pero trastornos por este tema terminarán con su carrera.