‘No te preocupes cariño’ es, probablemente, la película que más se comentó en el Festival de Venecia. La segunda cinta de Olivia Wilde se estrenó fuera de competencia y llegó ya con declaraciones alrededor de la salida de Shia LaBeouf del proyecto. Wilde decía que fue despedido, él que renunció. A ello se sumaron rumores de tensiones entre Florence Pugh, la protagonista, y Wilde, además de otras dificultades entre Harry Styles (quién sustituyó a LaBeuf) y Chris Pine, el antagonista. Según interpretaciones de la premiere, Styles, actual pareja de Wilde, escupió a Pine. De que recibió atención, recibió. Ello se suma a una críptica campaña de marketing que está por demostrar si ha sido efectiva para la producción de alrededor de 30 millones de dólares, un proyecto que viene de “La lista negra” (la lista con los guiones que la industria considera como los mejores y que aún no han sido filmados), de una directora que cuyo debut le valió el Independent Spirit Award a Mejor Ópera Prima (y quién tiene otros cuatro proyectos en fila) y con un elenco de estrellas.
La promoción de “No te preocupes cariño” la anuncia como una cinta de misterio, un thiller, aunque su imagen recuerda a “The Stepford Wives” y los materiales sugieren algo distinto. La sinopsis dice: “Una ama de casa de la década de 1950 que vive con su esposo en una comunidad experimental utópica comienza a preocuparse de que su glamorosa compañía pueda estar ocultando secretos inquietantes”. La publicidad ha destacado a través del tráiler y los posters los aspectos de romance, sensualidad y sexualidad con elementos que dejan ver que hay algo “raro” o “fuera” de lugar dentro de toda la perfección que se aprecia.
Pareciera entonces que la historia de Alice, la protagonista, sigue al “conejo”, como la de la Alicia más famosa, por agujeros distintos. Las primeras impresiones que se quedaron en la mente de público son las de corte sexual entre los personajes de Pugh y Styles (justo el tipo de escenas por las que hubo diferencias con LaBeuf y que finalmente llevaron a su salida). Entonces, indirectamente hay una cierta impresión de que es una película un tanto erótica. Luego, la confusión llegó cuando se comenzó a discutir su verdadera agenda: una metáfora del matrimonio, el poder de los hombres sobre las mujeres, una alegoría de la libertad y el empoderamiento femenino. Las contradicciones entre las posturas saltan a la vista.
“No hay mala publicidad” dice el dicho. La conversación sobre “No te preocupes cariño” ha estado alrededor de la cinta, de sus actores y diferencias, de las tensiones durante la filmación, pero no de la película en sí. Los críticos que la han visto y reseñado le otorgan un 38% en el meta sitio Rotten Tomatoes con un consenso que dice: “A pesar de una intrigante variedad de talentos a ambos lados de la cámara, Don’t Worry Darling es una repetición en su mayoría confusa de temas demasiado familiares”. Del elenco, se ha destacado la labor de Pugh y Pine.
Ya sea por su publicidad o por los escándalos, “No te preocupes cariño” está en la mira. Hay expectativa. Con ello la moneda está en el aire. Será, al final, el boca a boca el que hará que la gente vaya a verla o no, de otra forma se quedará en “mucho ruido y pocas nueces”. ¿No te preocupes cariño? Quién sabe, quizás “No te preocupes cariño” sí deba estar cuando el público podría pensar que se le ha dado gato por liebre.