El caso Huawei es más complejo y grande de lo que parece. Si bien los primeros afectados serán los usuarios de dispositivo móviles firmados por la empresa, lo cierto es que en mercados como el mexicano la conexión a internet podría estar en peligro.
Luego de que Google cancelará sus negocios con la firma china, los 10.7 millones de usuarios mexicanos con smartphones Huawei (según StatCounter) se preguntaron que pasaría con sus dispositivos.
Sin embargo, la realidad es que la presencia de la firma en el país no se limita al entorno móvil. De hecho, su presencia es mínima si se considera que apenas ocupa el 9.5 por ciento del mercado de smartphones en el país, ubicándose muy por debajo de Samsung (35.9 por ciento), Motorola (12.3 por ciento) o LG (11.1 por ciento) que son los que dominan el mercado, según datos de The CIU.
Internet en México, ¿en peligro?
Y es que Huawei se ubica como uno de principales proveedores de infraestructura en telecomunicaciones. Es decir, la marca china es un importante jugador en el segmento de redes de comunicación fijas o móviles del país.
De esta manera, ante las restricciones de Washington a Huawei, se pondrían en peligro las inversiones realizadas por Altán Redes, AT&T, Movistar y Telcel operadores que le han comprado tecnología en el último lustro a la compañía china para construir sus redes LTE en México.
Además de ser competidor de Samsung y Apple en el segmento de dispositivos móviles, el fabricante chino tiene presencia en toda la cadena de valor del negocio mexicano de telecomunicaciones en México y Latinoamérica: es rival de Cisco y Ericsson en routers y data centers, además de vender antenas para competir competir con Nokia.
Datos entregados por El Economista, indican que al menos un 35 por ciento de las redes LTE de los operadores en México corren sobre equipos de Huawei, mientras que en el continente, el porcentaje crece a 70 por ciento.
Si las prohibiciones impuestas por Estados Unidos cruzaran la frontera, los planes de negocio de al menos AT&T y América Móvil en México y Latinoamérica podrían verse afectados.
Estos dos operadores, tienen a Huawei como uno de sus principales proveedores de infraestructura y equipo para mantener sus servicios móviles de 4G y posteriores.
Una vez más es cuestión de materias primas
Aunque la soberanía de México impediría que las prohibiciones de Trump tocaran suelo mexicano, lo cierto es que la fabricación de los equipos y demás componentes que dan soporte a la infraestructura que ofrece Huawei en el país podrían encarecerse ante la vuelta de espalda que fabricantes estadounidenses han dado al creador del Mate20.
A pesar de que la marca china afirma que tiene un plan B que asegura contar con lo necesario para no frenar o encarecer sus procesos de fabricación, la realidad es que tarde o temprano se notará la ausencia de las antenas de Qualcomm y Broadcom, de las memorias de Micron y Western Digital o de los módulos con capacidad de red 3G y LTE de las norteamericanas Skyworks y Qorvo.
Nuevos afectados, más allá de Apple
Si los operadores de red mexicanos -como Telcel o AT&T, por ejemplo- se vieran obligadas a frenar sus negocios con Huawei o vieran incrementados los costos de mantener la relación comercial con esta empresa, se enfrentarían a un panorama financiero poco favorecedor, ante la necesidad de sustituir a un proveedor con facilidades para crecer en este negocio en medio de economías frágiles y con un consumo por usuario bajos si se compara con mercados más maduros.
El problema podría ser mayor si consideramos que, al cierre de marzo pasado, AT&T registró una perdida financiera de 74 millones de dólares con una pérdida de 600 mil usuarios, al tiempo que Telcel ha visto reducida su ganancia por usuario a pesar de ser el operador con mayor número de usuarios.
Todo apunta a que las relaciones comerciales entre Huawei y los operadores de red en México se verán -por menos- encarecidas ante el veto que la firma china vive en Estados Unidos.
Esto será un nuevo reto para el sector de telecomunicaciones en México, cuando consideramos que México es el segundo país de América Latina donde los usuarios pagan los precios más altos por un gigabyte (GB) de internet móvil, de acuerdo con un estudio de la empresa inglesa Cable.