Por: Ana Marín, Directora de Integración Digital de McCann México
Después de que Mark Zuckerberg se presentara ante el congreso de Estados Unidos, el escándalo de Cambridge Analytica sigue dando de qué hablar. En el evento F8 de Facebook que se llevó a cabo los primeros días de mayo, la red social dio a conocer sus planes para proteger la privacidad de sus usuarios. Entre ellos se encuentra realizar una auditoria a todas las aplicaciones que actualmente están conectadas a la plataforma y restringir el acceso que antes se tenía a los datos de las personas. Son buenas noticias, que se dieron solo después de las reacciones de la opinión pública que, a mi gusto llegaron muy tarde. La primera vez que leí de la compañía que ayudó a Donald Trump a ganar las elecciones, fue en enero de 2017. Le tomó casi un año a esa noticia llegar a primera plana y fue solo porque -alguien- le explicó qué es el precision targeting a los legisladores en Estados Unidos, que por lo que vimos en los medios, no entienden mucho de tecnología.
Pero lo que hace Cambridge Analytica no es muy distinto del trabajo que Shein y otros retailers hacen todos los días. Solo que estos promueven vestidos de verano y no candidatos presidenciales.
El uso comercial de los datos ha sido la base del marketing relacional desde mucho antes que las aerolíneas inventaran sus planes de millas. La diferencia es que ahora, las empresas líderes en el entorno digital están reuniendo un perfil más completo de todos nosotros. Google sabe la hora exacta en que salimos hacia el trabajo y no solo eso; también las cosas raras que nos pasan por la mente, gracias a nuestro historial de búsquedas. Facebook es capaz de predecir si nuestro nuevo matrimonio va a durar muchos años, y Amazon sabe lo que vamos a comprar, antes que nosotros mismos. Da un poco de miedo; sí, pero hay un lado bueno en cómo está avanzando la tecnología. El big data junto con la inteligencia artificial prometen un futuro donde algunas compañías podrían cuidar de nuestros hábitos mejor de lo que nosotros lo hemos hecho hasta ahora. Y pongo un ejemplo:
Muy pronto las empresas más avanzadas sabrán que subiste de peso al recibir información de tu báscula Withings. Como traerás puesto un smartwatch, esa información se va a relacionar con la cantidad de ejercicio que hagas al día, con el contenido de tu refrigerador y tu historial de compras previas. Con base en todo eso, las compañías podrían diseñar un programa de ejercicio y alimentación personalizado, que se descargue en tu teléfono y cuyos ingredientes se entreguen automáticamente en la puerta de tu casa. Entonces, los mismos gadgets que te delataron cuando te excediste con la comida, serán los que te ayuden a mantener la dieta. A menos que escondas un dash button en algún lugar de tu casa.
Pero si no leemos los términos y condiciones antes de darle acceso a ese tipo de servicios, nos vamos a indignar muchísimo cuando nos demos cuenta de que NIKE y Pfizer pagarán millones por acceder a nuestro perfil y con base en nuestra información, diseñarán productos y ofertas que serán irresistibles cuando nos lleguen como anuncios.
El problema es que la tecnología es algo que nos está sucediendo, sin que entendamos lo que implica y sin que hagamos ningún esfuerzo por prevenir escenarios tipo Black mirror; tal como lo que acaba de pasar con Cambridge Analytica.
La cantidad de información que nosotros y nuestros dispositivos compartimos solo puede incrementar y mientras dejemos en las manos de “alguien más” la seguridad de nuestra identidad digital, estaremos a merced de lo que otros decidan.
Europa está poniendo el ejemplo en términos de legislación y protección de sus ciudadanos en el ámbito digital con la GDPR. Y son el ejemplo de cómo todos los países y sobre todo los ciudadanos, deberíamos participar en la conversación acerca de privacidad y derechos en internet.
Por ahora, gracias a que Facebook hace un uso inteligente de mi información, recibo cupones de descuento cuando me meto a la red social después de abandonar un carrito de compra en algún e-commerce. Y espero que ese tipo de anuncios siga mejorando mi forma de navegar y comprar. Ojalá encontremos la forma de trabajar juntos para lograr un mejor futuro digital lleno de servicios predictivos que hagan nuestra vida más fácil.