La NFL es un negocio redondo como lo pudimos ver en la gran derrama económica que deja el Super Bowl y un elemento que no se queda atrás, son la porristas o “Cheerleaders” que también son una fuente de ingreso para los equipos.
Este formato de porristas inició en los años 60 con el equipo de los Colts de Indianápolis, y de ahí a la fecha han ido evolucionando siendo un concepto que tienen todos los equipos de la NFL y generan ingresos nada despreciables.
Un ejemplo claro y que nos es familiar son “Las Vaqueritas de Dallas”, el equipo de animación del equipo Dallas Cowboys, la franquicia deportiva más valiosa de la NFL tasada algo arriba de 3 mil millones de dólares y la segunda de cualquier deporte sólo después el Real Madrid, que está casi en los 4 mil millones.
Las “Vaqueritas de Dallas” que destacan por su buena apariencia física, la calidad de sus rutinas de baile y lo llamativo de su ropa, generan para el equipo ingresos arriba de 1 millón de dólares por año.
Debutaron en la escena deportiva en 1972, hoy en día se integrada por aproximadamente 35 chicas muy guapas y con estilos físicos perfectamente balanceados: rubias, castañas, morenas y pelirrojas, para garantizar los gustos de todo mundo.
Es claro que hay una estrategia en cómo seleccionarlas por su apariencia y constitución física, en la que destaca que son mujeres delgadas, con cuerpo estilizado, siempre en un límite muy alejado de ser exuberantes y muy cercano a una belleza más común o terrenal.
Son una marca registrada, con una imagen propia, un logo, millones de seguidores y un elemento aspiracional para millones de chicas, que sueñan con ser parte de este equipo de animación.
Tienen un posicionamiento y elementos que las identifican como sus atractivas coreografías.
La fama de las “Vaqueritas de Dallas” se disparó con la transmisiones de los partidos en todo Estados Unidos, en festivales de música country donde participan de manera regular, tienen presencia en campamentos, realizan programas de acción social visitando hospitales y mucha difusión de sus rutinas y planes de entrenamiento.
Como principales fuentes de ingreso de las “Vaqueritas de Dallas” está la venta de souvenirs con la marca “Dallas Cowboys Cheerleaders” como uniformes, ropa, accesorios de belleza, pompones, etc.
Cada año lanzan su famoso calendario en traje de baño que vende miles de piezas. Durante el verano convocan a un campamento para audiciones de chicas que aspiran a ser parte del elenco y por lo cual deben de pagar más de 100 dólares por participar.
Cerca de la mitad de sus ingresos vienen por las presentaciones personales en eventos particulares y otros más relacionados a la fuerza de la marca como patrocinios.
En los Estados Unidos, existe toda una industria de “Cheerleading” inspirado por estos grupos profesionales y seguidos por más de 3 millones de niñas y jóvenes porristas que participan en eventos deportivos y en competencias artísticas entre escuelas y grupos.
Esta industria genera para algunas empresas ingresos por 150 millones de dólares a cada una de ellas, principalmente dedicadas a vender uniformes, guías de coreografías, artículos de belleza, mochilas, pompones y todo lo necesario.
Además existen revistas como American Cheerleader desde hace 20 años con tiene tirajes arriba de 200 mil ejemplares y un alcance arriba de 1 millón de lectores. Esto es otro ejemplo de cómo capitalizar las oportunidades de la mercadotecnia deportiva.