Justo hoy, jueves 31 de diciembre 2020, se cierra un año en el que vivimos una trama que nadie pudiéramos haber imaginado y que sigue sin llegar a un final; un ambiente que nos hace sentir parte de la narrativa, como si fuéramos personajes de una película de ciencia ficción y desafortunadamente para muchos, de terror; como toda buena trama, integra elementos atractivos; suspensos, giros inesperados, cambios de focalización, intriga, entre muchos otros elementos.

Hemos reído de maravillosos memes que ingeniosas mentes han creado y compartido en redes,  nos hemos maravillado de la manera en que muchas marcas se han adaptado y han tomado esta situación como grandes oportunidades de reforzar su posicionamiento y de crecer sus negocios con campañas de marketing disruptivas; muchas marcas sobresalieron por ser empáticas; otras se dieron a conocer con campañas de tono controversial en donde aplicaron sarcasmo y burla ante competidores que salieron del mercado debido a las consecuencias de la recesión económica. Hay quienes sostienen que “en el amor, en la guerra, y en la mercadotecnia todo se vale”. Pero eso sin duda es un tema completamente subjetivo, ligado a la integridad corporativa y personal en un mundo en donde nada es completamente blanco ni negro.

Esta columna la dedico a cada una de las personas que han perdido la vida, que han perdido empresas, empleos a causa de la pandemia; a sus familiares, amigos, colaboradores; porque considero que no debemos de olvidar que somos seres humanos y que cada vida es tan valiosa como otra; este virus nos sigue reafirmando que todos somos iguales; un enemigo invisible que no hace diferencias ni por edades, niveles socioeconómicos, ideologías, culturas, características físicas; por nada.

Dedico estas letras a los médicos, personal de salud, voluntarios, organizaciones civiles y a todos aquellos que con valentía arriesgan sus propias vidas para cuidar de la salud, de los empleos y de la economía de otros desde sus propias trincheras; a los maestros que han tenido que re aprender nuevas formas de enseñar y a aquellos alumnos, madres y padres de familia que han podido apreciar, valorar y tomar provecho de dichos esfuerzos.

Externo gran admiración a todas aquellas empresas que se han preocupado por sus colaboradores, que han puesto la vida y la salud por delante; a las pymes y emprendedores que se han puesto todas las pilas; aprendiendo a vivir día a día intentando dar lo mejor de ellos mismos y hacer lo imposible por no tirar la toalla.

Insisto, esta vez no nos tocó leer un libro de historia, nos ha tocado vivirla en carne propia y los que seamos afortunados de salir bien librados y, sobre todo, con salud; tendremos la oportunidad y el compromiso de platicar lo sucedido, de recordar nuestra fragilidad, seguir aprendiendo y creciendo, curar los pos traumas que situaciones tan adversas pueden generar; de rescatar lo bueno y no solamente enfocarnos en lo malo.

Aquellas personas, empresas y marcas que tienen pilares robustos y procesos de comunicación estratégicos, equipos bien consolidados derivados de un liderazgo auténtico, serán las más recordadas y reconocidas en la historia que se escribirá a partir del 2021; porque lo que si es un hecho es que el mundo sigue pese a todo; afortunadamente, esta situación aterrizó en una época en donde las herramientas digitales han permitido que no sean aun más fuertes los golpes; que la creatividad y la actitud positiva de todos los sobrevivientes en el mundo de la mercadotecnia y de cualquier industria, comprueban ser la clave de poder avanzar; es momento de seguir resistiendo, de seguir cuidándonos y cuidar de otros, esperando, actuando y tomar las que consideremos mejores decisiones.

El mayor reto está en que nos demos la oportunidad de no ver esta situación como un castigo, sino como una ocasión de ser mejores personas, sociedades, líderes, colaboradores, empresas, marcas; cada vez ligadas a propósitos más significativos y trascendentales.

Deseo lo mejor y doy gracias a cada uno de los colaboradores y lectores de Merca 2.0; un maravilloso medio de comunicación como tantos, que permiten la libre expresión y el intercambio de ideas; deseo que pase pronto para todos; y, sobre todo, que cuando esto pase, seamos aún más fuertes, humanos y agradecidos.

¡Feliz año y próspero año nuevo!