No es exactamente el Robocop, pero esto representa la primera incursión real de un autómata en tareas de seguridad pública y vigilancia. Se trata del K5 de la firma The Knightscope.
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El K5 de Knightscope en un robot de aproximadamente 1.52 metros de altura con forma ovoidal o de bala, equipado con cámaras y sensores y una armadura de color blanco y negro, que le aporta una apariencia de autoridad, como debe ser el caso de un policía robot.
La tarea de Knightscope es predecir y prevenir el delito mediante esta integración de tecnología que deriva en un dispositivo de funcionamiento autónomo, con big data, con sensores y análisis productivo.
Estos robots auto-operativos reúnen información in situ en tiempo real, que se combinan con grandes bancos de datos existentes y feeds relevantes que provienen de diversas redes sociales, para proporcionarle la capacidad de prevenir el futuro dentro de un entorno determinado.
La pieza de ingeniería no lleva armas, tan sólo funciona para la vigilancia y para prevenir a las autoridades respectivas cuando detecte una posible amenaza a la seguridad.