Santiago, Chile.- Es cierto, desde que nacemos, somos o nos vamos convirtiendo en seres sexuales – (¿Alguna duda? Pregúntale a Freud). Por lo mismo, esta característica nos hace reaccionar frente a cualquier estímulo relacionado con el sexo y la sensualidad, asociándolo, por lo general, con algo placentero. Por lo mismo, la publicidad tiende a utilizar este recurso para llamar la atención del público. A veces lo hace en forma sutil y con gusto, mientras que otras se equivoca burdamente.
Lo queramos o no, las marcas que se vinculan con la sensualidad son bastante más recordadas que otra por los posibles consumidores, ya que a nivel inconsciente, la relación marca-placer ya está hecha.
Sin embargo, el abuso de este recurso puede no ser efectivo a largo plazo y jugar contra la marca o cansar al telespectador dada su repetición (los creativos de AXE deben enloquecer cada vez que les toca idear una nueva campaña con el mismo concepto) y menos aún cuando la relación producto/sensualidad no es congruente o existe un tratamiento de ‘objeto’ para alguno de los géneros (usualmente, femenino)
El otro factor que siempre debe ser considerado es, por una parte la elegancia del desnudo y la cantidad. ¿Hasta qué punto genera una buena imagen un desnudo burdo? Como decían nuestros padres “un poco excita; demasiado, arruina el misterio”. Y aunque las audiencias no sean demasiado religiosas, no todo el mundo se siente cómodo con la exposición abierta de la sexualidad, aunque disfrute de una educación sana sobre el tema.
No tiene nada de malo celebrar el sexo como otra fuente de emociones en la vida, pero para que sea realmente efectivo, en términos de una imagen positiva, es claro que hay que tener mucho cuidado, sobre todo en Latinoamérica, donde no estamos acostumbrados a trabajar publicitariamente el tema.
Compartimos con ustedes algunos avisos- sutiles y no tanto- donde la sensualidad está presente. Fíjate en la diferencia y en lo que te provocan.
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