Emprender en el propio país es complicado. Hay que tener en cuenta muchas variables, un buen capital inicial y prever mercado e imponderables. Sin embargo, hacerlo en otro país y, peor aún, al otro lado del mundo, es un verdadero reto para cualquiera.
Sin embargo, no es una misión imposible. Al menos, así lo entiende Joaquín Beserra, un argentino que se radicará en Shanghai para dirigir un negocio de fabricación y venta de helados artesanales.
Hay muchos puntos en contra: idioma, distancia de Argentina, costumbres y reglamentaciones locales. Pero también hay uno a favor, y muy atractivo: 24 millones de personas que viven en Shanghai. Y algo más: el consumo de helado se duplicó en 10 años.
“Esas fueron las premisas que llevaron a Joaquín Beserra a crear, bajo la mirada del maestro heladero Ariel Segesser, una cadena de heladerías artesanales argentinas con el objetivo de posicionarse en el mercado chino, hasta ahora sin competencia”, publicó El Cronista, detallando que el primer local se abrirá a fin de 2017, en el distrito comercial de Jing’an, con una inversión de US$ 1,2 millones. Y con un objetivo ambicioso: abrir 14 puntos de venta más.
— Ariel Segesser (@ArielSegesser) 8 de mayo de 2017
El fuerte de este emprendimiento se basa en dos pilares, además de la población y el consumo de helado.
- Por un lado, Segesser es experto en helados. Es bicampeón latinoamericano de helado artesanal y un referente internacional en pastelería y chocolatería. “Estará a cargo de las recetas, la capacitación del personal y todos los detalles técnicos de la cadena en China”, explica El Cronista.
- El otro de los emprendedores, Beserra, es economista y vivió en China, conoce el idioma y las costumbres. Trabajó como broker de inversiones. Él estará a cargo del negocio y se radicará en Shanghai.
Según Beserra, los helados de calidad que se consumen en China son los internacionales Haagen-Dazs. En ese nicho competirán. Más detalles: la materia prima se exportará de Argentina, pero los helados se fabricarán en Shanghai, a la vista de los clientes.
¿El precio? Más elevado en China porque el mercado lo permite: un kilo de helado en Shanghai costará US$ 30, mientras que en Buenos Aires se paga entre US$ 15 y 20.