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El 2019 es un año para el olvido para los integrantes de la mayor alianza en el mundo automotriz
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Nissan, Renault y Mitsubishi buscan oxigenar la unión de cara al futuro
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Se esperan nuevos nombres y reestructuraciones
Hasta 2018, había tres grandes fabricantes (o grupos de fabricantes) en el concierto mundial del mercado automotriz.
Entre Volkswagen, Toyota y la alianza Nissan-Renault-Mitsubishi vendieron más de 33 millones de autos, aproximadamente unos 11 millones cada una.
Sin embargo, la crisis desatada por la guerra comercial y las alteraciones en la industria, con los desarrollos eléctricos y la autoconducción, han estado alterando el mercado.
Uno de los grandes afectados es la alianza nipona-francesa que, además, debió lidiar con la escandalosa salida de su CEO y mentor: Carlos Ghosn.
Para afrontar los duros meses que se vienen, la mayor alianza en materia de automóviles acordó lanzar nuevos proyectos y nombrar un secretario general para dirigir las funciones entre las compañías, en un intento de reimpulsar la sociedad para parece estar a punto de romperse.
Las compañías “acordaron programas para mejorar y acelerar significativamente la eficiencia operativa de la alianza en beneficio de las tres compañías, incluidos los planes de acción para maximizar la contribución de la alianza para apoyar el plan estratégico y las ganancias operativas de cada una de las compañías”, dijeron en un comunicado.
Como primer paso, la junta operativa decidió nombrar un secretario general, con el objetivo de sumar un nuevo enfoque a la agrupación. No trascendió el nombre del o la elegida.
Según Financial Times, se esperan detalles “en las próximas semanas”, pero será alguien “de interior de la alianza”.
El ex presidente ejecutivo de Nissan, Hiroto Saikawa, quien renunció en septiembre, dijo esta semana que algunos, dentro de la marca japonesa, quieren deshacer la relación de dos décadas con Renault.
Renault posee una participación de 43 por ciento en Nissan, mientras que el socio japonés tiene el 15 por ciento del grupo francés, aunque sin derecho a voto, un desequilibrio que surge del rescate de Nissan de la bancarrota en 1999, pero que irrita a Tokio.
Nissan a su vez posee el 34 por ciento del tercer miembro (el más chico), Mitsubishi.
La tensión creció aún más cuando Fiat Chrysler Automobiles buscó una fusión con Renault este año, que fracasó, al parecer, por la negativa de Nissan y del gobierno de Emmanuel Macron.
Ahora, FCA planea fusionarse con PSA, de Francia.
Ford y Volkswagen, a su vez, hicieron su propia alianza global en algunos sectores.
Ghosn, el ex jefe de la alianza, está acusado por cargos relacionados con su mala conducta financiera en noviembre de 2018 y se espera que sea condenado en 2020.
Entre los cambios, se confirmó que Makoto Uchida, jefe del negocio de Nissan en China, asumirá el cargo de director ejecutivo a partir del 1 de diciembre. Dirigirá la compañía junto con Ashwani Gupta, el director de operaciones de Mitsubishi, y Jun Seki, que a su vez dirige un plan de reestructuración en Nissan.
Renault también está en pleno proceso de cambios luego de haber echado a su ex jefe en octubre.
Tras la salida de Ghosn, en noviembre de 2018, Nissan se ha visto golpeada por una baja trimestre tras trimestre de beneficios. Los analistas citan a la incertidumbre sobre cómo podrá suplantar al exitoso ex CEO y a las ya mencionadas tensiones con su principal socio, Renault.
El fabricante de automóviles nipón está en medio de un plan de reestructuración global a través del que espera recortar casi un 10% de sus empleados y reducir la producción mundial de vehículos en un porcentaje similar hasta 2023. El objetivo: controlar los costos que, según dijo la marca, se dispararon cuando Ghosn fue CEO.