La alianza de más de 20 años entre Nissan y Renault, que crujió con la escandalosa salida de Carlos Ghosn, está en otro de sus momentos más complicados.
Esta semana, el Wall Street Journal hizo público algo que se rumoreaba desde hace semanas: Nissan está presionando a su socio Renault para que venda su participación en la firma nipona.
La exigencia es parte de una negociación más grande que busca reorganizar la alianza entre las marcas japonesa y francesa que, en conjunto, es la tercera compañía que disputa el liderazgo en la venta global de vehículos.
Las otras dos son la también japonesa Toyota y la alemana Volkswagen.
Hay que explicar que Renault tiene el 43,5 por ciento de las acciones de Nissan, mientras que la compañía japonesa posee el 15 por ciento de su principal accionista, pero no tiene derecho a voto.
En junio, Nissan dio a conocer algunos detalles de la alianza con Renault. Allí se conoció que hay una cláusula que evita que la marca francesa aumente unilateralmente su participación más allá del 44,5 por ciento para evitar que tome el control total.
El núcleo de la discusión se centra en decidir si Nissan se unirá o no a la nueva unidad vinculada exclusivamente a los autos eléctricos que Renault está llevando adelante.
Para aportar dinero en esa unidad, la compañía japonesa quiere que, a cambio, Renault liquide su participación en Nissan.
De acuerdo con el periodico neoyorquino, los más altos ejecutivos de Renault y Nissan han estado viajando en las últimas semanas entre Japón y Francia para definir los detalles del acuerdo que, si es fructífero, podría anunciarse en noviembre.
Nissan y Renault definen su futuro como alianza
Renault se está preparando para crear dos divisiones distintas dentro de la compañía para gestionar el cambio a la electrificación.
Una de las unidades se centrará en los autos 100% eléctricos y el software de autoconducción; y la otra, se dedicará exclusivamente a los automóviles con motores de combustión tradicionales y los híbridos.
Renault planea ser dueña de al menos el 51 por ciento de la nueva unidad EV y están decidiendo cuánto tendrá Nissan, si es que también acuerdan que posea una participación.
A cambio de unirse, Nissan exige que su socia venda al menos parte de su altísima participación en el fabricante de vehículos japonés, algo que la marca nipona está reclamando desde hace años.
Si Nissan decide unirse al nuevo proyecto, los dos fabricantes de automóviles llevarán su alianza, una asociación mundial que ha estado bajo presión desde el arresto en 2018 del líder Carlos Ghosn, en la era de los vehículos eléctricos.
Nissan está descontenta desde hace años por lo que ve como una relación desigual, donde su socia francesa (más pequeña en valuación y fabricación) tiene una enorme influencia en la sociedad por poseer una participación mayoritaria.
Del otro lado, los ejecutivos de Renault entienden que no están logrando suficiente rendimiento de su participación en la nuipona, y que sería mejor gastar los fondos en otra parte si pudieran recuperar parte de su dinero.
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