“Nuestra batalla nunca ha sido la potencia, ni lo va a ser, al menos a corto plazo”, así resumió Gustavo Viudez, director de marketing de Nintendo Ibérica, la importancia que la marca le da al poder de los procesadores de sus rivales directos.
Es que Microsoft, con su recién estrenada Xbox One X, y Sony, con su PlayStation 4 Pro, están en una pelea sin cuartel por ser la consola más potente del mercado, algo que a Nintendo, al parecer, no le interesa.
“Lo que intentamos es proporcionar formas diferentes de jugar, experiencias de juego distintas, versatilidad”, dijo Viudez.
No le va mal a la marca con esta estrategia. Una prueba son las largas filas para probar los nuevos juegos para Nintendo Switch en la Official Electronic Entertainment Expo (E3) 2017, donde los fans se agolpan para ver cómo se juega, por ejemplo, al “Super Mario Odyssey“, una nueva aventura del célebre fontanero que se pondrá a la venta el próximo 27 de octubre.
Según los datos de Nintendo, en marzo (primer mes a la venta) comercializó 2,74 millones de unidades de Switch en todo el mundo. Y el objetivo es vender más de 10 millones hasta finales de 2017. Al respecto, Viudez dijo que la Switch superó las expectativas de la compañía y señaló que los aficionados “han entendido el concepto” detrás de este nuevo dispositivo. Una vez más no le dio importancia al tema de la potencia, una batalla que Nintendo no está dispuesto a dar.
“Creo que gran parte del éxito de Nintendo Switch es que te aporta una forma de jugar diferente que hasta el momento no existía. Al final es lo que Nintendo intenta hacer siempre: dar formas diferentes, que sean innovadoras y que puedan atraer al público”, argumentó.