• De acuerdo con Phil Spencer, el negocio gaming de Microsoft y Xbox ya no será cuántas consolas se vendan

• Por el contrario, se espera que se empiece a enfocar a la compañía a llevar este entretenimiento a toda la población

• No se sabe cuándo empezará el empuje en videojuegos cloud, considerando el lanzamiento de consolas de nueva generación

La industria del gaming, de por sí una de las más avanzadas y emocionantes del mundo, sigue innovando a grandes velocidades. Con la llegada del 5G, se espera una verdadera revolución del entorno móvil. En temas sociales, como la equidad de género, se están viendo lentos pero importantes avances a lo largo del mercado. Incluso regiones tradicionalmente más atrasadas que el resto, como América Latina, están presentando un nivel de desarrollo bastante notable.

Todos estos avances también tienen una consecuencia muy clara en el desarrollo del mercado. De acuerdo con Tech Jury, en 2019 el gaming generó una derrama económica de 148 mil 800 millones de dólares (mdd) en todo el mundo. En estimados de Statista, se espera que a finales del próximo año, la cifra global de consumidores llegue a más de dos mil 725 millones. Según Gaming Scan, la gran plataforma es el sector móvil, que ocupa casi la mitad de las ganancias.

Si bien hoy en día se pueden identificar tres grandes segmentos en el mercado gaming (el ya mencionado mobile, las clásicas consolas y las todopoderosas PC), se acerca un nuevo rival. Un sinfín de empresas ya están trabajando en plataformas en la nube para permitir a usuarios jugar desde prácticamente cualquier dispositivo. Si bien aún hay pocas iniciativas de este tipo en el mercado comercial, hay más marcas convencionales que ya distinguen su gran potencial.

Microsoft desprecia la competencia de Sony y Nintendo

Si hay tres productores en la industria del gaming que se disputan el mercado, al menos en el imaginario cultural, son Microsoft (a través de Xbox), Sony (mediante PlayStation) y Nintendo. Sin embargo, en una entrevista con Protocol, el líder de la primera acaba de despreciar a estos rivales. Phil Spencer señaló que, en la futura batalla del cloud, sus milenarios enemigos no se acercan a su capacidad tecnológica. Pero sí le teme a otras compañías: Google y Amazon.

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De acuerdo con Spencer, le tiene mucho respeto a Nintendo y a PlayStation. Pero, en lo que respecta a cloud gaming, “vemos a Google y Amazon como los grandes rivales a futuro. Las compañías de videojuegos tradicionales están fuera de su liga. Supongo que podrían tratar de recrear nuestro Azure, pero nosotros hemos invertido decenas de miles de mdd en la nube a lo largo de los años”. Cree que la guerra de las consolas y los formatos será irrelevante a futuro.

Cloud gaming: Los retos del futuro de la industria

Permitir a los consumidores jugar desde cualquier plataforma es un objetivo que varias marcas han tratado de perseguir en los últimos meses. Apple lanzó hace poco su servicio Arcade, con varios videojuegos exclusivos para sus dispositivos. Poco después Google la imitó con su Play Pass para Android. A eso se tiene que sumar el esperado Stadia, también de la subsidiaria de Alphabet, así como ciertos proyectos de Xbox, PlayStation y Nintendo para entrar a la carrera.

Las declaraciones de Spencer ciertamente rebosan de confianza, pero no están equivocadas. De por sí el juego en línea, utilizando consolas y otros dispositivos para procesar la mayor parte del proceso, no es nada fácil. El pobre desempeño de ciertos servicios de multiplayer online son muestra de ello. El cloud gaming es todavía más difícil de realizar. Y se debe de reconocer que Microsoft, gracias a sus proyectos secundarios, ya tiene una infraestructura.

Sin embargo, eliminar a estas compañías de la lista de enemigos de Xbox podría ser un error. Sony tiene múltiples unidades de negocio detrás, que le permitirían realizar una significativa inversión en cloud gaming si se lo propone. Por otro lado, Nintendo tiene una tradición de juegos de calidad que no es fácil de desestimar. Sus fanáticos ciertamente estarán felices de financiar sus esfuerzos. Google y Amazon, aunque formidables, no deberían ser su único foco.