Después de dos temporadas y sin final, Netflix decidió cancelar de forma inesperada la tercera temporada de Sense8, y aunque no reveló en su momento las causas de abandonar el proyecto, trascendió que cada capítulo era demasiado costoso de producir por la compañía.
La serie solo duró 23 capítulos y fue filmada en 16 ciudades y 13 países. Se trató de un adiós prematura, ya que la serie tenía una trama abierta, la cual no fue concluida. Lo que pareció un “mea culpa” tardío, en realidad vino acompañado de una fuerte presión de los fanáticos de la serie, quienes exigían a través de redes sociales el regreso de Sense8.
Bajo el hashtag #RenewSense8, actores animaron a los seguidores de la serie a “hacer ruido” y “presión” para que directivos de Netflix reconsideraran su postura y revivieran la serie.
No obstante, Netflix calló el fervor de los fanáticos de la serie que pedían el regreso de la serie bajo el hashtag #BringBackSense8, al comunicar que se tomó enserio las peticiones, pero que cancelar la serie era un riesgo que debían tomar.
Para especialistas, Sense8 fue una de las series más caras para Netflix, ya que una sola temporada costó más de 100 millones de dólares solo para filmarla, es decir, sin contar el salario de los actores.