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La ley anti-aborto de Georgia efectivamente prohíbe el aborto excepto en casos de incesto o violación
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Según Sprout Social, 66 por ciento de las persnas creen que las marcas deben presentar su postura en temas sociales
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Fuera de Netflix, parece que todos los estudios de cine y TV solo estarán “al pendiente” de la legislación en el estado
Hace tres semanas, el gobernador de Georgia, Estados Unidos (EEUU=), Brian Kemp firmó una controversial ley. Conocida como la Heartbeat Bill, propone hacer ilegal casi cualquier tipo de aborto después que se detecte el primer latido del corazón del feto. En algunos casos, este indicador puede ocurrir tan pronto como las seis semanas de embarazo. Momento en el cual muchas mujeres no saben que están embarazadas. Ahora, Netflix protestará esta regulación.
De acuerdo con Variety, el CCO de Netflix, Ted Sarandos, emitió una declaración al respecto de la ley anti-aborto. En su carta, aseguró que trabajará de la mano de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y otros agentes afines para luchar contra la regulación en la corte. El ejecutivo afirmó que, mientras el documento no entre en vigor seguiría trabajando en Georgia. Sin embargo, sugirió que su marca “repensaría su inversión” en la zona en caso contrario.
Netflix parece la única compañía en la industria que se ha pronunciado ante la ley anti-aborto. AP señala que la capital de Georgia, Atlanta, se ha convertido en un gran centro de filmación. Entre las obras que se han grabado recientemente en la zona se cuentan Stranger Things, Black Panther, y The Walking Dead. A nombre de todos sus miembros, la Asociación Cinematográfica de los EEUU (MPAA) solo ha comentado que “vigilará de cerca la situación”.
¿Es Netflix el nuevo líder de la industria del cine?
La discusión sobre el aborto lentamente se ha ido expandiendo fuera del entorno político y social. Varias compañías y marcas, como Netflix, se han declarado al respecto o visto envueltas en la controversia. Una de ellas fue The New York Times, que publicó un anuncio de Amnistía Internacional en agosto, indirectamente mostrando su apoyo. Por su parte Google, hace unos días, tuvo que cambiar sus políticas publicitarias por el abuso de un grupo pro-vida.
Pero el caso de Netflix es notable por el contexto de la industria y la marca. Antes de firmarse esta ley, la plataforma de streaming fue duramente criticada por los estudios convencionales de cine y televisión. Algunas voces incluso propusieron vetar sus productos de participar en los Oscars. La propuesta en última instancia fue cerrada por las autoridades de competencia. A la vez, marcó el punto en el que las empresas tradicionales empezaron a temer por su liderazgo.
Claramente la legislación anti-aborto tendrá implicaciones a escala económica, política y social fuera del dominio de Netflix. Pero es importante reconocer que la plataforma de streaming en efecto le ganó a las compañías tradicionales la oportunidad de pronunciarse por el tema. Cualquier otro estudio con una postura semejante será visto como un seguidor de la tendencia. Y quienes permanezcan callados, podrían sufrir reacciones negativas de su público.
Mucho se ha dicho de la precaria posición de Netflix en la guerra del streaming. Su negativa a incorporar publicidad y la falta de una compañía madre que soporte sus iniciativas la ponen en desventaja frente a Amazon, Disney y otros agentes. Pero tal vez el valor agregado, su clave de la victoria, es resonar con más fuerza entre el público joven que el resto de sus rivales. En especial aquellos estudios y empresas de la industria tradicional del cine y la televisión.