Las marcas que no se actualizan o modernizan están destinadas a morir. Mucho he advertido en este espacio del crecimiento impresionante de la televisión con contenido por demanda digital, como Netflix y por lo que el mercado me habla veo que no estaba nada equivocado. Las audiencias están migrando y se están enganchando con el contenido de producciones propias de esta nueva plataforma. Mientras las televisoras locales o por cable se alejan cada vez más de sus audiencias, las nuevas plataformas, se vinculan cada día de forma más cómoda con producciones propias y hechas a la medida de lo que las audiencias realmente quieren ver en la TV. No sólo son series propias, son filosofías y experiencias de la vida posmoderna, también este contenido es generador de conversaciones en redes sociales y en pláticas de sobremesa.
Los paradigmas siguen cambiando, la televisión realmente en este año está mutando y sus audiencias también, además de estar encantadas, están enganchadas con las vidas ficticias de los personajes que protagonizan cada serie. Y así se están convirtiendo en los modelos de vida de las nuevas generaciones y de los adultos jóvenes. Aquí les recito el epitafio de cómo las televisoras y “cableras” tradicionales están destinadas a morir si no cambian, esto se escribirá en su tumba:
- Como audiencia tradicional no elijo lo que veo, debo sujetarme a una programación.
- Los contenidos son distantes, repetitivos y poco verosímiles. Faltan historias interesantes.
- No existen personajes controvertidos, profundos y líderes de opinión a quién seguir o usar como modelo.
- Las televisoras tradicionales le han perdido todo el respeto al televidente, están más preocupados en conseguir anunciantes que en generar contenidos relevantes.
- Ni se les ocurre vincularse realmente con sus audiencias de alguna forma, han dejado de pensar en su target y lo han metido en al cajón del olvido. Mientras tanto, las nuevas plataformas ganan miembros y facturan millones pagados directamente por sus clientes.
Imagino a los directivos dinosaurios y tradicionales de los canales viejos como taxistas enojados y molestos porque pierden clientes todos los días por la llegada de choferes App con mejor servicio, mejor imagen, con la proyección de lujo alcanzable, más efectivos, prácticos y oliendo a modernidad. Auguro un choque frontal de la modernidad en contra lo tradicional y que huele a viejo, ¿morirán o vivirán esas marcas? Si seguimos futureando pronto lo sabremos.