Las compañías que ofrecen servicios de streaming (como Netflix o Spotify) vienen evitando los marcos legales impositivos de la mayoría de los países.
Es que como tienen base, en general, en los Estados Unidos, y como pueden resolver prácticamente todo de forma remota, se les hace muy complicado a los gobiernos de los países cobrarles impuestos. Básicamente, no encuentran la forma de hacerlo.
Sin embargo, poco a poco han comenzado a buscar la solución. Un ejemplo es Argentina, donde la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) dijo que lo harán a través de las tarjetas de crédito con que se pagan estos servicios.
Lo confirmó este martes Alberto Abad, director del organismo. “Vamos a gravar a Netflix. Lo haremos a través de los plásticos con que se paga el abono; las tarjetas serán agentes de retención”, declaró. El funcionario dijo también que es un “desafío fiscal” porque se trata de una “economía líquida y desmaterializada”. “Desaparece la intermediación, y el que junta a las dos puntas hace un gran negocio. El canal de cable que compite con este servicio paga impuestos, ¿por qué no una plataforma?”, planteó.
El diario La Nación de Argentina se comunicó con Netflix para saber qué harían ante las declaraciones del funcionario y desde la plataforma de streaming le dijeron que “Netflix recauda y paga impuestos en todo lugar en que tenga la obligación legal de hacerlo”, sin dar más precisiones sobre si la empresa que provee contenidos audiovisuales a través de Internet absorberá ese costo o se lo trasladará a sus clientes.
En otros países
En Colombia, desde 2016, una reforma tributaria incluyó un “pago o abono” adicional a las emisoras de tarjetas por “suministros de servicios audiovisuales (música, videos, películas y juegos de cualquier tipo).
En la Ciudad de Buenos Aires, por caso, rige desde 2015 un gravamen del 3% sobre el valor de compra de sus productos, como anticipo del pago de Ingresos Brutos.
En la provincia de Santa Fe, en Argentina, se avaló el cobro de una alícuota del 3,6% de Ingresos Brutos a las empresas que comercialicen en forma electrónica entretenimientos audiovisuales, entre las que se cuenta Netflix.
“En Estados Unidos, plataformas como Netflix pagan impuestos, por ejemplo, en Pennsylvania, Chicago y Minnesota, con un canon que va entre el 6 y el 9%; también lo hacen varias ciudades canadienses”, detalla La Nación.
En Uruguay, desde 2018 regirá, si se aprueba, un gravamen a plataformas que ofrecen películas y series, música, hacen transmisiones televisivas en directo o intermedian en la prestación de servicios. En Chile, lo están analizando.