La polémica vuelve año con año; por un lado los defensores de los festivales como promotores de la innovación y por otro los detractores que los califican como un espectáculo al servicio del ego de los creativos.

[g1_quote author_name=”Samuel García” author_image=”https://www.merca20.com/wp-content/uploads/2016/06/Samuel-Garcia-sm.png” author_description=”CEO Primer Nivel Group” author_description_format=”%link%” align=”left” size=”m” style=”simple” template=”01″]
Lo que está en juego es la reputación de una marca y es por eso que el paradigma de los festivales necesita un cambio de dirección.

[/g1_quote]Ambos bandos cuentan con argumentos válidos, pero por lo general se suele dejar fuera del debate al pilar de nuestra industria: las marcas. Porque sin importar cuál sea la postura que se asuma al final del día, lo verdaderamente importante es que el trabajo (ficticio o no) que se ve en los festivales lleva el nombre  de las marcas de por medio.

Más allá del prestigio para una agencia o un equipo creativo, lo que está en juego es la reputación de una marca y es por eso que el paradigma de los festivales necesita un cambio de dirección; pasar de la piezas ficticias creadas con el simple propósito de ganar un premio, para dar pie a la comunicación efectiva, atractiva y alineada con los objetivos de los clientes.

En papel suena sencillo, pero va mucho más allá de recibir la aprobación para publicar e  inscribir una pieza “interesante” a un festival. Se tiene que trabajar en conjunto para realizar creatividad interesante, atractiva para los consumidores y que genere valor para las marcas, poniéndolas en su lugar preponderante buscando el ROI, invirtiendo menos en medios y recibiendo mucho más a cambio a través de exposición mediática gratuita.

El objetivo final es que la creatividad “de premio” se convierta en un recurso relevante para el negocio mucho más allá de sólo cumplir con una estética o gusto creativo. Nuestra misión es revalorizar la industria publicitaria, dando un verdadero valor agregado y significado al hecho de participar en festivales, con objetivos decididos en conjunto con los clientes, aprovechando la oportunidad para estar más cerca del consumidor con comunicación que va más allá de la simple intención de vender.