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En México existen diferentes instancias para el registro de un nombre, como el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
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En el mejor de los casos se trata de una denominación que acompañará toda su vida a la marca.
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Una solución aprovechada por muchos es la invención, desde cero, del nombre que se le dará a la marca o el producto.
A veces pudiera pensarse que ponerle nombre a un producto, marca o servicio es una labor sencilla, pero si acaso piensas así, sólo con recordar el momento en que tuviste que nombrar a una mascota podrás darte cuenta de lo complejo que pude ser esta labor.
Si a una dificultad de esta naturaleza le agregamos la necesidad de ser llamativo, fácil de recordar y suficientemente poderoso para englobar un concepto de marca y su esencia, veremos que conferir un nombre es una compleja responsabilidad en la que hay que echar mano de las herramientas y acciones de marketing.
En la elección y generación de un nombre debes tomar en cuenta que en el mejor de los casos se trata de una denominación que acompañará toda su vida a la marca, que será su carta de presentación y uno de los indicadores para evocarla de manera inmediata.
Si todo sale bien y no necesitas internarte en un proceso de rebranding, el nombre de tu marca perdurará a lo largo de su historia y tal vez después de eso. Conoce a través de esta liga las razones por las que hay que integrarse a un proceso de regranding.
Uno de los primeros retos a enfrentar es saber si el nombre seleccionado ya es utilizado por otra marca, lo cual se complica aún más cuando la marca en cuestión tiene el mismo giro o es similar a tu oferta, para ello deberás hacer una búsqueda exhaustiva en redes sociales o también en los registros oficiales de titularidad intelectual.
Una solución aprovechada por muchos es la invención, desde cero, del nombre que se le dará a la marca o el producto. Un acrónimo o un acróstico formado con las primeras letras de los nombres de los socios, por ejemplo, puede ser una buena idea.
Si el nombre que se debe crear es para una empresa o marca, debes considerar que un número indeterminado de personas se referirá a ella, ya sea como cliente, consumidor o seguidor o como empleado, colaborador o distribuidor, por los cual también debes tomar en cuenta este aspecto.
A este proceso de selección de nombre se le denomina naming dentro del marketing. Entre otras dificultades, esta tarea tiene que asegurar la viabilidad para que un nombre sugerido realmente se pueda concretar.
Registro del nombre. En México existen diferentes instancias para el registro de un nombre, como el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y el Instituto Nacional del derecho de autor. Dependiendo de lo que vayas a nombrar, deberá decidir a dónde acudir, pero lo que sí es seguro es que si no registras debidamente tu nombre corres el riesgo de que alguien más lo haga por ti y no permita que aproveches a cabalidad los beneficios económicos que tu marca, producto o servicio ofrecen.
Desde luego, debe tratarse de un nombre original que nadie haya propuesto para el giro en que estás inmerso, porque si alguna marca ya se llama como tú, tendrás que cambiarla.
Otro aspecto que debes considerar es el diseño, tomar en cuenta que hay que organizar visualmente la identidad de una marca y el nombre deberá componerse por cierta tipografía y un isotipo que deberán tener una adecuada conjunción en lo visual con respecto a la denominación de la marca.