• De acuerdo con el reporte, Jeff Bezos habría abierto un video misterioso en WhatsApp al momento del ciberataque

• El archivo se aprovechó de una vulnerabilidad en la app de mensajería para instalar el software Pegasus

• Mohammed Bin Salman tiene otras controversias, en especial por su posible rol en la desaparición de un periodista

La seguridad en línea es un tema muy frecuente entre individuos, expertos y compañías. No solo las acciones de grandes empresas de tecnología, como Microsoft, tienen consecuencias importantes para la integridad digital del público general. Además, cada pocas semanas se registra un ciberataque que deja expuestos a millones de usuarios. Tan grave es el fenómeno, que los CEOs están más preocupados por estos incidentes que por el cambio climático.

Hay cifras que reflejan por qué se trata de un tema delicado. De acuerdo con Hackmaggedon, casi el 86 por ciento de estos incidentes son realizados con un fin ilícito en mente, como robo de información. Kaspersky Lab señala que países como Bolivia, Cuba, Afganistán, Burkina Faso y Bielorrusia están entre los más afectados por cualquier tipo de ciberataque. Por su lado, Symantec señala que, mientras algunos riesgos bajan, otros aumentan muy rápidamente.

Así pues, se trata de un problema que afecta prácticamente a todo el mundo. Por supuesto, se tiende a pensar que las compañías mejor preparadas y los individuos más prudentes y con mejor protección son menos vulnerables a un ciberataque. Y si bien es cierto que es más difícil atacar a estos objetivos, no significa que estén completamente a salvo. De hecho, sin tener los cuidados adecuados, incluso los hombres más ricos del mundo pueden ser una víctima más.

Jeff Bezos fue víctima de un ciberataque

Un reporte de The Guardian se apunta que el líder de Amazon habría sido víctima de un ataque cibernético a través de WhatsApp. Lo que resulta más interesante no es el hecho en sí, sino quién lo perpetró y en qué contexto. Aparentemente, el ciberataque habría sido perpetrado por el príncipe de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman. En la ofensiva, el equipo del joven pudo infectar el teléfono de una de las personas más ricas del mundo con el software Pegasus.

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De acuerdo con The Verge, el ciberataque habría tenido lugar en mayo de 2018 y robó datos al azar del teléfono de Bezos. Después, es posible que Mohammed Bin Salman haya obtenido detalles y fotografías privadas sobre la infidelidad del dueño de Amazon hacia su esposa, lo cual resultó en su divorcio. La embajada de Arabia Saudita publicó en Twitter que niega por completo los resultados del reporte e investigará los resultados para llegar al fondo del caso.

Una lección para el resto del mundo

No sería la primera vez que una persona destacada o de gran influencia internacional sufre por una de las tantas amenazas del internet. En septiembre, la cuenta de Twitter de su CEO, Jack Dorsey, fue hackeada a través de una vulnerabilidad con su integración con SMS. En junio, Mark Zuckerberg, líder de Facebook, fue afectado por un video deepfake en donde comparte declaraciones falsas. El incidente fue tan grave, que la red social prohibió estos contenidos.

El incidente con el líder de Amazon es curioso, pero no por las implicaciones del ciberataque. Esas ya se han visto y tiene un buen rato que tuvieron su efecto en el mercado. Sin embargo, sí tiene un valor anecdótico muy importante. La historia sirve para reflejar que realmente nadie está a salvo de un incidente similar. Si ni siquiera Jeff Bezos está libre de ser afectado por agentes maliciosos, ¿entonces qué esperanza tienen las empresas e individuos ordinarios?

Por supuesto, el mensaje no debería ser de desesperación o derrumbar la esperanza. Lo que sí debería hacer es motivar a todos los agentes a prepararse mejor para un ciberataque. De nuevo, nadie está 100 por ciento a salvo, incluso si se llevan a cabo todos los pasos y se invierte en la mejor protección. Pero al tener buenas prácticas y software avanzado, si se puede reducir mucho el riesgo que, algún día, algún hacker pueda robar información sensible.