Elon Musk dijo allá por marzo de 2021 que iba a comenzar a recibir bitcoin como forma de pago para sus Tesla. También dijo (y de hecho así fue) que Tesla estaba ahorrando en bitcoin como parte de su estrategia de inversión.

En mayo, apenas dos meses después, el magnate de origen sudafricano cambió de parecer respecto de bitcoin, fue cuando se enteró (al menos eso explicó) que el minado de la criptomoneda más famosa consumía mucha energía no renovable.

Fue así que dio marcha atrás respecto de la decisión de recibir bitcoin para la compra de modelos de Tesla y dijo que la compañía que lidera vendió parte de las posiciones. Además, que no quería tener más relación con la criptomoneda.

Ahora, a un mes de haberse expresado en contra de bitcoin (con las consiguientes fluctuaciones y volatilidad en el precio, en parte, producto de sus palabras), regresa sobre sus pasos y dice que volverá a recibir la crypto.

Así es, en un tuit publicado este domingo, Musk dijo que Tesla reanudará la aceptación de pagos de bitcoin para sus vehículos eléctricos, aunque condicionó el tema a que los mineros de la criptomoneda puedan demostrar que están usando aproximadamente un 50 por ciento de energía limpia.

“Cuando se confirme un uso razonable de energía limpia (aproximadamente el 50 por ciento) por parte de los mineros, y con una tendencia futura positiva, Tesla retomará las transacciones de bitcoin”, publicó.

This is inaccurate. Tesla only sold ~10% of holdings to confirm BTC could be liquidated easily without moving market.

When there’s confirmation of reasonable (~50%) clean energy usage by miners with positive future trend, Tesla will resume allowing Bitcoin transactions.

— Elon Musk (@elonmusk) June 13, 2021

Musk, bitcoin y la reacción del mercado

El mercado reaccionó en forma positiva al tuit de Musk: el precio de bitcoin subió hasta casi los 40 mil dólares desde los 36 mil en los que se ubicaba con anterioridad.

La publicación fue una respuesta a una nota de Cointelegraph, medio especializado en activos digitales, que tenía citas de Magda Wierzycka, directora ejecutiva de la compañía gestora de activos Sygnia.

En el artículo de Cointelegraph, Wierzycka decía que el CEO de Tesla hizo aumentar de manera deliberada el precio de bitcoin para que su compañía vendiera sus posiciones en esa moneda.

Musk cuestionó esa afirmación diciendo que era “inexacta”. “Tesla solamente vendió el 10 por ciento de las tenencias para confirmar que los bitcoin se podrían vender con facilidad en el mercado”, publicó Musk.

El fabricante de e-cars había comprado más de 1.400 millones de dólares en bitcoin en marzo, cuando se mostró a favor de la criptomoneda.

Mientras Musk está inmerso en esta “pelea” con el mundo de las criptomonedas, las acciones de Tesla se han estancado.

Desde los máximos que había logrado a comienzos de 2021, los papeles de la compañía de automóviles eléctricos cayeron un 30 por ciento.

En enero, cotizaban a más de 869 dólares y este lunes no logran superar los 609 dólares.

En el medio no hubo demasiadas novedades en la industria de los automóviles: sólo Musk y su disputa en Twitter con el bitcoin.

Si bien la marca podría no verse afectada a mediano plazo, lo cierto es que en el corto plazo los inversionistas, poco a poco, están viendo a Tesla como una acción “arriesgada”, ya que su precio fluctúa demasiado y siempre en sintonía con lo que pueda o no decir Musk en las redes.

En este sentido, la semana pasada se conoció que la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC) reconoció que Musk no pudo supervisar las publicaciones del CEO de Tesla, tal y como lo había resuelto en 2018 para evitar que el magnate difundiera información relevante de la empresa que cotiza en Wall Street antes de que la conocieran sus accionistas.

Ese año, y tras una serie de tuits de Musk, la SEC había resuelto que el CEO de Tesla había cometido fraude al tuitear sobre una posible compra de su empresa.

Luego del conflicto, Musk pagó U$S 20 millones para resolver el caso y se acordó que todas sus declaraciones públicas en las redes sociales fueran supervisadas por los abogados de la compañía. Lo que finalmente no ocurrió.