Por:Arturo Mora
Twitter:@morawar
Seguramente llegamos a recordar algún producto gracias a la música que se incluyó en sus spots. Algunas veces llega a ser tan fuerte el impacto de la misma canción, que se llega a difuminar el objetivo principal del anuncio, o sea, en lugar de resaltar el producto o la marca, resalta más la canción o la tonada que está como fondo en el spot.
La utilización de la música es algo que se ha aprovechado ya desde hace muchos años. Nos podríamos remontar hasta la época donde la radio era la reina de los medios y los jingles eran la fórmula mágica para el mensaje que se quería dar al público, hasta cuando la televisión toma la batuta a partir de los años 50 del siglo pasado y retoma canciones y jingles que ya habían tenido su fama por la radio.
¿Cuántos de nosotros no recordamos (si es que somos más o menos de la misma generación) los grandes jingles que se han quedado en nuestra memoria y que todavía por ahí hace algunos años todavía escuchábamos?
Podemos recordar al de la Sal de Uvas Picot. Un Jingle que se quedó en la memoria de la gente y que ahora llama la atención por su halo de inocencia en el mensaje.
O ya de plano, con un tono más “pícaro” el spot de Carta Blanca del que todos hablaban en el mundial del 86: el de la “Chiquitibum”, donde la presencia de la modelo que aparecía por unos segundos robaba la atención y creaba una mezcla perfecta de recordación de la imagen y la música.
Pero parece ser que lo que se está imponiendo ya desde hace algunos años es la utilización de canciones ya reconocidas en el gusto del público para acompañar a los productos que se quieren anunciar.
Hay muchas opciones que se pueden utilizar en la publicidad: una canción original, una adaptación, un cover, utilizar música de archivo, el jingle, música genérica, la banda sonora o el arriesgado “sound alike” que algunas veces está muy cerca de ser un plagio de una canción existente.
Ver un spot con canciones que ya habían tenido éxito no es nada raro. De hecho hay algunos casos donde la gente llega a buscar de nuevo una canción que tuvo su fama hace tiempo y que lo retoma gracias a que un spot que la contiene la vuelve a difundir. Este es el caso de una canción de la cantante Des’ree (You gotta be) que estuvo en los primeros lugares en las listas de Billboard en 1994 para luego, con un comercial de Ford Focus en 1998, retomar fuerza y lograr otra vez ventas importantes con un disco editado 4 años antes.
El caso es que últimamente podemos ver que los spots siguen utilizando esta combinación con canciones y grupos de éxito y parece que ha resultado.
La música le da mucha más fuerza al mensaje que nos presentan en imágenes y que hasta nos pueden hacer bailar o cantar cuando los vemos en la televisión o en el cine.
Muchos casos nos encontramos que han hecho “buena pareja”:
Jet y su “Are you gonna be my girl” con IPod, (spot que hacia pararme del sillón, yo bien “prendido” mientras mi esposa me veía con cara de “what”)
Elvis Presley vs JXL con la nueva versión de “A little less conversation” en un comercial de Nike dirigido por Terry Gilliam (con el que a todos los futboleros se nos antojaba jugar una “cascarita”)
Y si ya nos acercamos más a lo mexicano, el spot de Pepsi, con la versión de “Da da da” de Molotov, apareciendo ellos mismos, Rafa Marquez, Kikin Fonseca y de remate La Volpe.
Y así podríamos mencionar muchos más. Pero donde de plano casi me da un corto circuito en el cerebro es cuando vi el nuevo spot de Dior Homme con el vampiresco Robert Pattinson y música de Led Zeppelin con su “Whole Lotta Love”.
Si alguna vez me imaginaba escuchar una canción de una de las bandas más influyentes del rock en un spot de televisión, nunca me hubiera pasado por la cabeza que fuera en uno de Dior y con un actor de moda para las jovencitas.
Probablemente tendrá éxito entre el público al que le quiere llegar Dior. A mí por lo pronto, me dio la “Chiripiorca” desde que lo vi y no me he recuperado todavía.