La revista estadounidense The New Yorker publicó este viernes su más reciente portada y un muro esconde la mayor parte de la portada haciendo referencia a una de las acciones más cuestionadas en la campaña del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
“The Wall”, por Bob Staake es el artículo principal de esta edición y hace referencia al sentimiento que ha provocado la sorpresiva victoria de los republicanos el 8 de noviembre. La editorial de publicación señala que justo es el sentimiento de los estadounidenses, como “si se hubieran golpeado con toda su fuerza en una pared de ladrillo”.
“Combatir el autoritarismo, la mentira, luchar honrada y ferozmente en nombre de los ideales americanos, eso es lo que queda por hacer. Eso es todo lo que hay que hacer”, cita el autor al Premio Pulitzer en 1994, David Remnick.
“Y así debemos seguir, con palabras e imágenes como esta portada”, señala la publicación.
Los 59 millones de votantes que votaron por Donald Trump destrozaron las encuestas y análisis que señalaban una imposibilidad y rompieron un récord de ciudadanos blancos en las urnas, de acuerdo con reportes de diversos medios.
Esta se convirtió en una mayoría silenciosa que llevó al republicano a conquistar casi un tercio del voto latino para hacerse con los estados clave como: Florida, Pensilvania, Ohio y Wisconsin.
El electorado que logró amasar Trump ubica a los hombres blancos de media o baja formación y de zonas rurales y clase trabajadora, estadounidenses que desprecian las políticas neoliberales, las mismas que los republicanos promovieron, luego de la crisis de 2009, que han ampliado y hecho más notable la desigualdad.
Entre otras cosas, esas políticas auspiciaron la llegada de mano de obra inmigrante, muy criticada por Trump y uno de los discursos más exitosos del candidato republicano, mismo que ya le valió ser presidente electo de Estados Unidos.
Donald Trump prometió un muro con el que quiere solucionar ese problema y con él esconde intolerancia, frustración y racismo.
Diversos reportes en medios locales y a través de redes sociales exponen actos de violencia contra las minorías en Estados Unidos, actos que edifican un muro, no sólo con ladrillos, sino ideológico, como sugiere Alan Moore en V for Vendetta: “ Las ideas no sangran, no sienten dolor. No aman”.