Por no cumplir con la certificación de sus vehículos antes de importarlos o comercializarlos, la automotriz Volvo fue sancionada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) con una multa equivalente más de un millón 672 mil pesos.
De acuerdo con la dependencia federal mexicana, la compañía de origen sueco comercializó e importó 585 vehículos sin contar previamente con 22 Certificados NOM de cumplimiento ambiental que exigen las regulaciones nacionales.
Lo anterior, luego que Volvo incumplió a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y a lo establecido en las Normas Oficiales Mexicanas NOM-042-SEMARNAT-2003 y NOM-079-SEMARNAT-1994, que establecen como un requerimiento necesario comprobar el cumplimiento de los límites máximos permisibles de ruido y contaminantes antes de comercializar los vehículos.
Los modelos afectados de la automotriz son el S60, S80, V40, V60 y XC60 en todas sus versiones.
La multa puede afectar en alguna medida la imagen, pues son vehículos ya comercializados y que probablemente deban ser llamados a revisión, afectando en alguna medida a los dueños, impactando de igual forma su confianza en la marca, misma que es reconocida mundialmente por su tecnología de punta y seguridad de sus autos.
Durante el último año la Profepa ha hecho recomendaciones y sanciones similares a varias marcas, la más reciente es la que impuso a la francesa Renault por más de 17 millones de pesos, debido a que también incumplió con certificaciones ambientales.
Mismo caso que fue con Toyota, que recibió una sanción con 2 millones 500 mil pesos por el incumplimiento de las normas ambientales establecidas por la regulación mexicana.
Esto es importante pues, si bien algunas marcas reaccionaron llamando a revisión y reparación de los vehículos, la confianza del consumidor resulta afectada.
Recordemos que en varias entidades del país se pasa por un requerimiento como la Verificación ambiental, que es muy conocido no brilla por su eficiencia y sí por los actos de corrupción, situación que se agrava si se llevan vehículos que aparentemente deberían cumplir con las normas y que, pueden ser rechazados, lo que se puede traducir en una doble verificación incluso hasta recibir la calcomanía uno.