En 2020, el supermercado español Mercadona puso en marcha una prueba piloto para hacer un refuerzo de la seguridad de sus tiendas. La estrategia se basaba en la utilización de tecnología de reconocimiento facial de los clientes.

La decisión generó una fuerte polémica. Tanto fue así que la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) inició una investigación.

Un año después, la cadena anunció que pondrá fin a la idea. Fue comunicado luego de que se conociera que deberá pagar 2,48 millones de euros por una multa impuesta por AEPD en relación con la iniciativa que fue utilizada por casi un año en 45 tiendas de las más de 1.600 que tiene la compañía.

El sistema contaba con un primer filtro tecnológico y una posterior verificación visual de los clientes. En tiempo real, confirmaba si las personas identificadas tenían alguna orden policial o judicial. 

De inmediato, el proyecto estipulaba que el supermercado notificara a las fuerzas de seguridad.

De acuerdo con la versión de Mercadona, no se almacenaba información del resto de los clientes, ya que si una persona no era identificada como delincuente, el sistema elimina todo en 0,3 segundos, “un parpadeo”, según la marca.

Este procedimiento, según Mercadona, imposibilitaba hacer una identificación de las personas sobre las que no había en marcha alguna búsqueda policial o judicial.

El objetivo era reforzar la seguridad del personal de la tienda y de los clientes, de acuerdo con lo que dijo la empresa.

Sin embargo, las autoridades no lo entendieron de la misma manera que la compañía, por lo que la firma dio a conocer que “lo más responsable y riguroso es dar por finalizada esta prueba piloto”.

El reconocimiento facial se llevó adelante en supermercados de las ciudades ibéricas de Mallorca, Zaragoza y Valencia. 

“La idea era que esta tecnología sirviese para evitar robos y hurtos: según decía Mercadona, si hay varias denuncias contra una persona y una orden de alejamiento contra ellas, el sistema (teóricamente) la identificaría para evitarlo antes de que ocurra”, publica Maldita.es, con información de Europa Press.

Entre las razones para bajar el programa están las deficiencias que hasta ahora tienen los sistemas de reconocimiento facial y las implicancias respecto de la privacidad. El fallo fue confirmado, falta que se publique oficialmente.

Reconocimiento facial y retail

En el ámbito internacional, decenas de organizaciones están en disputa con los gobiernos por y las compañías que llevan adelante esta tecnología porque temen que se utilice para otros fines, distintos a los vinculados a la seguridad.

Se habla desde temas de discriminación y privacidad, hasta el riesgo de detenciones erróneas.

En 2019, la misma agencia había multado a Eroski por otro caso y en la explicación, dijo: “Las imágenes previas del autor de un hurto obtenidas no deben ser objeto de recopilación almacenamiento o listado para, por ejemplo, evitar que accedan al establecimiento público”.

El fallo decía que “esto quiebra no solo la obligación de eliminar las imágenes sino que se recogen datos sin habilitación alguna”.