Internacional.- Para Emily McDowell, una mujer de 39 años que a los 24 le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin en estadio 3, lo peor de su enfermedad no fue “perder el pelo o ser erróneamente llamada ‘señor’ por los camareros del Starbucks o el malestar tras las sesiones de quimioterapia”. “Lo peor fue la soledad que sentí cuando muchos amigos y familiares desaparecieron porque no sabían qué decir o decían lo menos conveniente sin darse cuenta”, sostiene. Es por ello que, una vez superado el cáncer, ha diseñado unas “tarjetas empáticas” (tal y como las ha denominado) que son, precisamente, las que a ella le hubiera gustado recibir cuando estaba enferma.
Según cuenta en un post en su tienda online, el objetivo que persigue con la comercialización de estas tarjetas es ayudar a la gente a comunicarse con quienes están enfermos de un modo más acertado. En su opinión, las tarjetas convencionales “Mejórate pronto”, no tienen ningún sentido si los destinatarios saben que no se pondrán bien.
Igualmente, mensajes del tipo “Que te den, cáncer”, desde su punto de vista, proyectan buenos sentimientos pero, tal y como señala, a ella no le ayudaba a sentirse mejor. “Además, personalmente nunca me hicieron gracia las bromas acerca de ser calva o de la cirugía de senos, temas en los que principalmente se enfocan las ‘tarjetas para el cáncer’”.
Después de nueve meses de quimioterapia y radioterapia, Emily McDowell superó la enfermedad. Varios años después se ha decidido a diseñar estas tarjetas empáticas cargadas de humor y cariño que, en su opinión, los destinatarios agradecerán.