El verdadero indicador de la inflación o de la micro economía es cuando vas al súper y no te alcanza igual que hace un año. Para esta evidencia no hay discurso retórico de polñiticos que funcionen ¿Han vivido el fenómeno del cesto de fresas que venden en la carretera? Si no les ha pasado lo que a mi, lo explico. Viajas por la carretera y ves como mucha gente enseña por los costados del camino unos apetitosos cestos de mimbre con fresas muy grandes y de apariencia muy jugosa y fresca. Me he detenido en mi coche después de ver tantas propuestas visuales y he comprado un cesto. Ante tal irresistible antojo lo compro de y lo llevo a casa.
Ya que terminé mi viaje voy directo a comerme las fresas y ¿qué es lo que pasa? Conforme voy avanzando y comiendo me doy cuenta que las fresas buenas, apetitosas y de mejor calidad están hasta arriba y conforme llego al final de la canasta, hay menos fresas y de peor calidad. La treta fue poner el producto más llamativo y de mejor calidad a la vista y el peor producto escondido y hasta el fondo. Esto es un fenómeno muy frecuente en en las marcas, organizaciones, las personas y empresas. Enseñamos y promovemos lo mejor y tratamos de meterle al cliente un gol con servicios malos que están al fondo. Triste, pero muy frecuente.
Dejemos las fresas y las canastas que las contienen aun lado y hablemos de una tendencia importante de consumo y de estilo de vida que que sucederá a partir de este 2023 que ya casi termina. Son tres productos que generan consumo que vivirán transformaciones claves en crecimiento y decrecimiento. Generarán impacto en estilos de vida, nuevos clientes y bolsillos.
¿Qué pasara con la vida digital en 2024?
Cada día de este año estaremos más sujetos o atrapados a nuestros celulares, redes sociales, e interacciones. A comprar en los retailers digitales, con nuestras terjetas digitales. Toda esta atracción generará selección de productos on line, compras on line y off line. No importa lo que seleccionemos a través de una pantalla, sólo que por ahí lo veremos y lo compraremos en línea o directo en la caja de un supermercado. Esto se está desbordando y las apps lo están catapultando muy lejos a través de millones de transacciones por segundo y movilidad imparable. A esto no le veo fin en un futuro cercano de por lo menos diez años.
¿El plástico vive? Por supuesto y ahora más que nunca con todos los miles de entreagas a casas que se generan en estantes digitales
Totalmente, lejos del dilema de contaminar o no. Cada día el, empaque del producto se vuelve un protagonista importante para que lo seleccionemos y según su apariencia lo compremos o no. Pronostico que el plástico seguirá viviendo si usa camuflaje vintage o de apariencia orgánica. ni hablar de los medios que cada día imprimen menos producción de contenido en papel, los lectores que lo aprecian envejecen cada día y sólo se usará más el papel digital que es tan sólo una buena pantalla. El papel físico será de ornato para contener contenido de credibilidad y de uso en empaques inteligentes y responsables del medio ambiente. Me temo que le queda poco tiempo de vida al papel masivo como tal y como estamos acostumbrados. Será de valor para dar credibilidad y sentido táctil. El papel y pléstico sólo servirá para empacar sueños y deseos dogitales.