Igualmente, aunque las pymes son una parte medular de la economía mexicana debido y representan el 99% del sector privado del país, cerca del 33% de ellas fracasan en su primer año y solo el 35 % sobrevive pasados los cinco años de operaciones.
¿Causas? falta de financiamiento, mala administración del negocio, desinversión tecnológica, falta de conocimiento del mercado y del consumidor, además de la falta de marketing adecuado.
Con mucha frecuencia me encuentro en reuniones con clientes nacientes que quieren comunicar su negocio y contratan agencias para que les ayuden con la publicidad. Y ante la pregunta obvia que les hacemos de lo que esperan que haga la comunicación, la respuesta siempre es la misma: vender. Están obsesionados con resultados inmediatos, como si al poner un contenido en Facebook o hacer una campaña de Google, mágicamente vendieran en cuestión de minutos.
Y al preguntarles sobre lo que quieren comunicar, encuentro muchos vacíos y dudas: no tienen ninguna estrategia de marca detrás, tampoco un conocimiento profundo de sus audiencias. Al parecer, el negocio surgió de una idea que en el papel y en los cuadros de excel suena prometedora y tiene absoluto sentido. Le
crearon un nombre al negocio, lo registraron, hicieron un logo y lo echaron a andar esperando que los consumidores lo adopten rápidamente como si fueran boletos para un concierto que se agotan en la preventa.
Me encuentro con muchas startups nuevas que hacen una proyección de resultados, consiguen inversión de diferentes fuentes porque la idea suena lógica y prometedora, pero se olvidan de algo básico en el proceso de construcción de cualquier negocio: la marca. Definir cuál es la esencia que quieren transmitirle a las audiencias y comunicar la razón por la cual crearon ese negocio, más allá de la visión, los atributos y beneficios de un producto o servicio. No establecen un posicionamiento claro ni un punto de vista que genere conexión emocional con sus públicos.
Antes del cómo, que generalmente es la razón por la cual se busca una agencia, es fundamental definir el qué y el por qué. No se trata de empezar a crear contenidos y publicarlos en diferentes canales. Lo primero es establecer qué es lo que va a hacer que una persona conecte con el negocio que se ha creado.
Parece obvio, pero muchas startups no lo hacen y luego de unos meses de trabajar con una agencia, la cambian por otra porque no dio los resultados esperados. Y el ciclo se repite una y otra vez sin darse cuenta de que el problema no es la agencia sino del producto o servicio porque se olvidaron de construir uno de los activos importantes de cualquier negocio: su marca.