El crecimiento de las compras en línea de productos de moda ya venía repuntando poco a poco antes de la pandemia. Como ya he dicho antes, el encierro generó que se desarrollará un acelere en el crecimiento de las estrategias digitales, junto con esto, las ventas online.
Cada vez más personas deciden utilizar una plataforma para comprar moda, ya sea por confort o por razones que generaciones anteriores no habían considerado.
Dentro de estos sectores nos encontramos con el Fast Fashion, el titán que si bien, ya venía teniendo un desacelere desde 2019, el confinamiento no vino a ayudarle. Antes de la pandemia, muchas de estas tiendas le apostaron a enfocarse principalmente en el local y la publicidad.
Esto sigue funcionando para tiendas cuya clientela consiste en las generaciones mayores, pero luego están las marcas para jóvenes. Muchas de ellas mantuvieron esta misma estrategia, olvidando que su sitio web no tenía la configuración debida para generar las conversiones optimas, como fue el caso de Forever 21 en el 2019 (a pesar de que ahora cuentan con un sitio web más preparado).
Ahora que la gente no está saliendo de casa, son los negocios que olvidaron estos portales digitales quienes más están sufriendo.
Las ventas en línea van en aumento y esto permite a los consumidores comprar ropa y accesorios desde la comodidad de sus hogares. Si a esto le sumamos que cada vez hay un número creciente de generación Z y millennials con un capital propio e interés en la compra de ropa de segunda mano o vintage para reducir la huella de carbono, no se ve un horizonte prospero para varias marcas del Fast Fashion, las cuales cuentan únicamente con un establecimiento tradicional para sus ventas, una página web sin tanta interacción a diferencia de las marcas locales y una ética y moral que las nuevas generaciones están tratando de evitar.
Los millennials están adoptando cada vez más la moda sostenible y el 73% de ellos está dispuesto a pagar más por marcas sostenibles, según un informe de Nielsen. El compromiso con el medio ambiente puede influir en la decisión de compra en un 45%.
Es así como nos encontramos con el crecimiento de las tiendas especializadas en Ropa Vintage, quienes a veces cuentan o no con un establecimiento (sus modelos de negocio hacen que esto sea prescindible) y participan en Bazares o encuentros creativos donde forman una comunidad y más importante aún, una clientela leal. Además de esto, tienen la particularidad de un gran estudio de mercado y venta en línea, ya que cada vez va teniendo mayor interés de las nuevas generaciones.
En las redes puedes encontrar tiendas como Mercadillo Vintage en Cancún, Bravo Vintage en Guadalajara, Vintage HOE en la ciudad de México o Bazar Vintage en Tamaulipas y muchas más en el resto del país… sin embargo, marcas como SHEIN (la marca de Fast Fashion que obtuvo una mayor popularidad durante el confinamiento) han creado un espacio en su página web imitando una estética similar a estas otras marcas locales, ofreciendo productos de moda y decoración “vintage” para no perder este nicho de mercado.
Cada vez contamos con más opciones para comprar, no creo que el interés sobre la compra de ropa vintage vaya exclusivamente enfocado a las generaciones jóvenes aunque sean quienes tienen una visión de mayor compromiso con el medio ambiente. Muchos de ellos han arrastrado a sus padres a que tomen conciencia o vivan un poco de la nostalgia de lo pasado en lo que se refiere al consumo de moda. Lo cierto es que podríamos considerar que la tendencia va hacia un lado, pero lo que más nos ha enseñado los momentos que estamos viviendo ahora, es que aun no sabemos como seguirá la vida la próxima semana. No dejen de seguirme en mis redes @ginaalfeiran
