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La campaña de Mini USA fue creada con la ayuda de la agencia 360i
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Asimismo, se contó con el apoyo del artista italiano Virgilio Villoresi y la ilustradora Virginia Mori
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El video cuenta la historia de Alec Issigonis en su misión por crear el primer modelo de la compañía
En prácticamente toda la industria de la publicidad se pueden ver grandes producciones que son visualmente impactantes. Por ejemplo, la aseguradora Safe Auto armó una revolución, con todo y banquetas llenas de miles de protestantes. Amazon, por su parte, recreó una escena del Antiguo Egipto solo para hacer un chiste sobre su asistente Alexa. Y Domino’s Pizza se puso a buscar una casa lo más parecida a la de Risky Business para su nueva campaña.
Así, se puede ver que la calidad visual y de producción de una campaña es uno de los factores más importantes para su éxito. De acuerdo con Chron, los anuncios de presupuesto alto son perfectos para transmitir a los consumidores una idea de calidad premium. Por su parte, Wistia señala que mayor inversión en producción no necesariamente se refleja en mejores resultados. Algo que Readwrite también confirma con sus propias mediciones de efectividad publicitaria.
Con estos datos, una idea queda clara. Las marcas deben invertir una gran cantidad de dinero para que su campaña sea efectiva. Sin embargo, la calidad de estos anuncios no siempre es proporcional a los recursos que se le destinen. Se tiene que encontrar un balance entre tener una producción de suficiente calidad y hallar un concepto que se distinga por su creatividad y no por haber quemado dinero. La lección está encarnada en la última activación de Mini USA.
Una campaña sencilla, pero de calidad
La sede norteamericana de la automotriz acaba de lanzar un video donde cuenta la historia de su compañía. Esto lo hace a través de un video donde lo único que se ve es un libro estilo pop-up. Es decir, las páginas tienen recortes, hendiduras y pliegues que ayudan a darle vida a la historia. También tiene algunos dibujos que permiten reflejar las partes más difíciles de ilustrar con simples figuras de papel. Pero lo más notable de la campaña es cómo se ejecuta.
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Conforme el narrador va relatando la historia del fundador de Mini, su visión y sus metas, una mano va haciendo avanzar las páginas del libro. En un principio, lo único que hace la cámara es observar los dibujos y recortes, sin más. Sin embargo, pronto una lámpara entra a escena y ayuda a darle vida al libro mediante juegos de sombras. Así, la historia llega a desenvolverse en un juego de claros y negros, con movimiento y dinamismo, sin mover más que la luz.
¿Qué lección se puede aprender?
Aunque esta activación es única, otras marcas han logrado crear mensajes comerciales con visuales y narrativas muy simples. En New York Times, en los Oscar, corrió un anuncio donde solo se ve a una actriz en la playa. La nueva campaña de Spark muestra un artista que no se identifica con las normas de género tradicionales tratando de encontrar trabajo. Y antes del Super Bowl, McDonald’s corrió un video con las comidas favoritas de estrellas y personajes.
Todas estas estrategias tienen dos elementos en común. Primero, todas son muy sencillas. La campaña de Mini, por ejemplo, solo tiene tres elementos en la escena. El libro de recortes, las manos que ayudan a darle dinamismo a la escena, y la luz que crea el juego de sombras. No hay más que entre en juego. Por supuesto, la calidad de la grabación es excelente. Es claro que no cualquier empresa o individuo podría recrear este anuncio con un efecto similar.
Pero lo segundo que comparten esta campaña y las otras mencionadas, es que su mayor punto a favor no es necesariamente la calidad de producción. No son muy ambiciosas en visuales o presupuesto, aunque estén muy bien grabadas. Lo que las distingue es una gran creatividad, algo que a nadie más se le hubiera ocurrido. Esta es la gran lección que muchas empresas parecen olvidar. Lo más importante en publicidad no es la imagen, sino la idea.