Mindfulness en el trabajo, sinónimo de productividad

El mindfulness es más que una palabra de moda, en especial en un mundo laboral cada vez más demandante, este término emerge como una guía hacia una mayor claridad mental, reducción del estrés y un aumento de la productividad.

De acuerdo con información de la UNAM Global, el 75 por ciento de los trabajadores experimenta fatiga por estrés laboral, mientras que más del 40 por ciento de quienes trabajan en escritorios se sientes exhaustos. Aunado a que en diversos países de América Latina, incluyendo el nuestro, se registran bajos salarios, falta de pago y prestaciones, necesidad de tener varios empleos, trabajar en algo que no gusta, recorrer grandes distancias entre el trabajo y el hogar, la falta de equidad de género, además de abuso y acoso en el trabajo.

El mindfulness implica un cambio profundo en la forma en que una persona experimenta la vida, se trata de tomar conciencia de cada momento, de su propia respiración, de cada uno de sus movimientos.

Por supuesto que esta práctica milenaria se ha integrado en entornos laborales modernos como una respuesta efectiva al estrés y la saturación informativa que caracterizan muchas jornadas laborales. Y es que la capacidad de centrarse en el presente y dejar de lado preocupaciones futuras o remordimientos pasados ayuda a los profesionales a enfrentar desafíos laborales con una mayor resiliencia y equilibrio emocional.

Cabe señalar que la práctica regular del mindfulness fortalece la capacidad de concentración, ya que al entrenar la mente para estar completamente presente en una tarea, los profesionales experimentan una mejora en la calidad de su trabajo y una mayor eficiencia en la toma de decisiones.

Actualmente muchas empresas están reconociendo los beneficios tangibles del mindfulness y están implementando programas específicos. Estos programas incluyen sesiones de meditación, entrenamientos en atención plena y la creación de espacios propicios para la reflexión y la relajación en el entorno de trabajo.

En especial cuando datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indican que, previo a la pandemia, México ya figuraba como uno de los países con mayor fatiga por estrés laboral. Al menos el 75 por ciento de sus trabajadores padecía esta condición, superando los niveles de China -73 por ciento- y Estados Unidos -59 por ciento-.

Es importante hablar sobre burnout o síndrome de desgaste laboral, el cual es una realidad creciente en el mundo laboral moderno. Se manifiesta como un agotamiento físico y mental extremo, reducción del rendimiento laboral y un sentimiento de desapego hacia el trabajo.

Por supuesto que los trabajadores afectados experimentan una disminución de la eficacia laboral y, a menudo, enfrentan dificultades para desconectar del trabajo incluso en su tiempo libre.