El uso de redes sociales, o por lo menos el interés en ellas, está cayendo dentro de un grupo de millenials, usuarios que alimentaron estas plataformas desde su nacimiento. Hoy, los cambios que se han ido produciendo en los algoritmos de las mismas y la excesiva transaccionalidad dentro de ellas ha hecho que ya no se vean como espacios para crear comunidades, de allí la pérdida del interés.

Un estudio elaborado por la compañía británica de análisis de mercado GWI indica que el uso de las redes sociales está en declive dentro de la población millenial a lo largo del planeta. Tomando en cuenta el crecimiento que ha tenido en los últimos años los presupuestos de marketing para publicidad dentro de plataformas de redes sociales el estudio de GWI es de llamar la atención.

Jason Parham, editor senior de tendencias en el portal Wired, considera que estos momentos nos encontramos en el “crepúsculo” de la época de creación de comunidades y correspondencia digital; en sus palabras “la fiesta se acabó” (party´s over) en lo que se refiere al boom de las redes sociales para los millennials.

Desde los cambios introducidos por Elon Musk en X (antes Twitter), el incremento de las publicidades en YouTube e Instagram, y la redundancia de Tik Tok, son las razones que están detrás del hartazgo de las redes sociales.

Parham indica, citando al científico Marlon Twyman II de la USC Annenberg, que la complejidad de las redes sociales cayó “debido a que muchas de las  interacciones ocurren actualmente en plataformas diseñadas para promover transacciones que proporcionan retroalimentación en forma de métricas de atención”.

Para los usuarios de las redes sociales este cambio implica simplemente dejar de compartir, interactuar en las plataformas, pero para las compañías que lo ven como una puerta de acceso a sus clientes puede ser un gran golpe.

De acuerdo con el informe “Redes sociales: estado actual y tendencias 2023” de OBS Business School, la inversión en redes sociales ya representa 34% del gasto publicitario de las empresas en el área digital. El año pasado esta inversión fue de 226 mil millones de dólares en el mundo, pero para el próximo año se prevé que alcance los 300 mil millones de dólares, es decir, un crecimiento de 33%.

Esta inversión se justifica pues el 42% del tráfico al comercio electrónico viene de las redes sociales, mientras que el 17% de las compras se hacen a través de estas. En otras palabras, las redes son un espacio para llegar a los consumidores, pero cada día se debe cuidar más la forma cómo se hace.

El hecho de que ya existan análisis sobre un cambio en el comportamiento de los millennials, el principal público consumidor en estos momentos, debe llamar a las marcas a tratar de crear esas comunidades que tanto se reclaman por parte de estos usuarios.

La queja sobre la transaccionalidad de las redes parece dejar claro una vez más que las conexiones orgánicas son aquellas que perduran, y que en el largo plazo pueden ser más provechosas para las marcas.