La constante disputa entre Apple, Google con el FBI por la privacidad de sus clientes, en el caso de correos electrónicos o servicio de la nube, ha creado dilemas éticos sobre si el Buró Federal de Investigaciones (FBI) debe acceder a información confidencial de una persona por el hecho de tener una investigación en curso, o si las compañías deben defender la privacidad de datos de sus usuarios.
Ahora es Microsoft quien mantiene un aguerrido debate con el FBI, a quienes ha pedido desde el año pasado que dejen de vulnerar su plataforma de correos electrónicos, argumentando que defender a sus clientes es un “derecho constitucional”.
El conflicto entre el FBI y Microsoft no es por un caso en específico, se trata de un desafío de la compañía a las prácticas de las autoridades estadounidenses de violar la privacidad de los usuarios de la nube y correos electrónicos.
Para ello, Microsoft sumó fuerzas con Apple, Google y Amazon, cuando demandó el año pasado al Departamento de Justicia de Estados Unidos, y será un juez quien decidirá si un caso como este puede proceder, aunque advirtió a abogados de las firmas “se preparen” porque socavarán sus argumentos, señalando que es sólo un “dilema”.
Para Microsoft se trata del futuro de la informática móvil, ya que el modelo de negocio de la nube correría peligro si los clientes no pueden confiar en que su información siempre sea privada.
En tanto, el Departamento de Justicia argumenta que vulnerar dichos servicios le ha servido para combatir a “potenciales terroristas” y delincuentes, quienes “son más sofisticados con el tiempo”.
Para los abogados de las compañías, las violaciones de privacidad violan la cuarta enmienda en contra de incautaciones ilegales y su libre expresión.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, refirió cuando era candidato que en caso de ganar “obligaría a las compañías tecnológicas a cooperador con las instancias del gobierno o con la Casa Blanca de ser necesario”.
Para especialistas en libertad de expresión, en caso de que Microsoft no ganara el litigio en contra del Departamento de Justicia de Estados Unidos, significaría que ninguna empresa tendría las herramientas necesarias en un futuro para demandar privacidad.