En días recientes leí en esta misma publicación un artículo sobre cómo evitar la práctica nociva del micromanagement y me vinieron a la mente acciones y frases específicas para ayudar a manejarlo. Siempre agradecemos cuando nuestros líderes “se arremangan” de vez en cuando en una buena sesión de trabajo, pero cuando se convierte un tema de micromanagement, puede llegar a ser un grave problema.
Habiendo colaborado en compañías transacionales de diferentes países como EUA, Alemania y México; y posteriormente co-fundado un startup con un equipo multi-cultural, el fenómeno del micromanagement no es necesariamente un tema de cultura organizacional sino de mala gestión de parte de tu jefe o algún líder específico en la organización.
Si tu jefe es un micromanager y quiere tener todo el control sobre ti, lo que haces y cómo lo haces, sabes que puede ser muy frustrante. Sin embargo, es posible recuperar el control y la confianza poco a poco. Estas frases te ayudarán a iniciar un diálogo que puede resultar en que te dejen trabajar de manera más autónoma, empoderada y con menos microgestión. No dudes en usarlas con tu micromanager según veas conveniente:
- “Te puedo mostrar cómo lo haría yo…”. Genera confianza al llevarlo por tu racional y tu propio proceso para lograr resultados. Muéstrale tu profesionalismo, capacidad y lo bien que lo puedes hacer.
- “Valoro tu guía y enseñanzas”. Esta es una manera muy elegante y positiva de decirle a tu micromanager que aprecias se tome el tiempo de “darte consejo”. Puede ser el inicio de una conversación en donde le pidas mayor independencia y que en caso de ser necesario acudirás si l@ necesitas.
- “Siempre estoy abierto a tu feedback”. Mostrarte abierto a que tu jefe micromanager te enseñe, guíe o de coaching, puede ayudarte a mostrarle que sabes que es tú responsabilidad y que el trabajo lo debes de hacer tú.
- “Tu éxito es importante para mí”. Alimenta el ego de tu micromanager y hazle saber que te importa su éxito y hacerlo ver bien, porque además eso ayudará a que todo el equipo se vea bien. Sus tendencias controladoras se relajarán si se dan cuenta que lo tienes presente.
- “Dime qué esperas y cómo te gusta que se hagan este tipo de tareas”. Si la expectativa está clara desde un inicio, las frustraciones desaparecen si el resultado está en línea con lo esperado. Y puede ser que te ahorres mucho re-trabajo.
- “No te preocupes, haré un excelente trabajo para ti y el equipo”. Cuando a un micromanager le reaseguras tu compromiso con la excelencia y calidad de tu trabajo, puede ser que su mente perfeccionista se relaje un poco y te empoderen más.
- “Sé que quieres ayudarme a tener éxito”. Desarmar a un micromanager no es fácil, pero de esta manera puedes describir su comportamiento de una manera positiva y no tendrá más remedio que darte la razón. El reconocimiento que esta frase conlleva lo hará sentirse bien consigo mismo y darte un poco más de independencia en tu trabajo o proyecto.
- “A veces tienes un conocimiento de la situación o entendimiento del negocio mayor al mío”. Con esta frase también alimentas el ego de tu micromanager, reconociendo su posición y haciéndole ver que si es necesario lo buscarás.
- “Todos los ajustes, detalles y tiempo dedicado a la revisión están afectando mi ritmo de trabajo y productividad”. Si nada de lo anterior funciona, toca decir la verdad de frente. Un buen líder trabaja a través de otros y se le mide por cuánto logra su equipo. El micromanager sabe que una baja productividad le afecta directamente.
Lidiar con un micromanager requiere de mucho coraje y valor para decir las cosas como son, pero de manera correcta y respetuosa, es casi un juego psicológico.
Hay muchos pasos que puedes tomar antes de decidir dejar la posición por falta de empoderamiento, autonomía y confianza, que es lo que genera un micromanager. ¡Suerte!
Twitter: @ManuMedinar