Hemos estado inmersos como ciudadanos en un proceso electoral que el miércoles pasado llegó a su fin; terminaron los spots, dejaron de circular los panfletos, las coaliciones políticas dejaron de congregar personas… se cumplió así, un largo periodo de noventa días en donde las promesas se multiplicaron esperando su eficiente aplicación al final de este año en los más de veinte mil cargos que se renovarán en el país.
Lo que también concluyó, (esto nos desgastó como sociedad enormemente) fueron las descalificaciones, los ataques y la polarización que solo nos envolvió, en una espiral de violencia e incertidumbre… que nos enfrentó sin razón alguna; surge la pregunta, ¿en dónde quedaron las propuestas, las políticas públicas y los debates en las campañas?, ¿dónde está la esgrima verbal de calidad que lució por su ausencia en los debates?
En independencia de lo anterior, la violencia electoral escaló de manera única en la historia del país y ante esto, la afirmación del analista Rafael Cardona, de que son casi 808 casillas en el país, las que podrían no abrirse por esta razón, representa una fuerte irregularidad.
Ante este panorama, nuestro deseo, sin que se perciba como idealismo, es que este domingo dos de junio, impere la civilidad política que los valores democráticos estén presentes y que los ganadores de las elecciones tengan a partir del lunes tres de junio, la sana intención de unir y trabajar por todos.
México debe ser más grande que las disputas electorales, debe seguir siendo la tierra de las oportunidades para todos y más para nuestras jóvenes que ahora se encuentran desencantados de la política y que al presenciar estos desaseos en las campañas, se alejan aún más; este segmento representa no el futuro, sino el presente del país, integran el 33 % de la lista nominal y debe estimularse sobre todo a los nacidos en el 2003- 04, entendiendo sus necesidades, sus códigos y sus nuevos lenguajes.
Los partidos políticos coaligados o no, iniciarán a partir del lunes 3 de junio, una profunda reflexión sobre sus alcances, declaraciones de principios, afiliados y alianzas que deberán ponerlos con renovada imagen de frente al electorado. Por supuesto, lo que no deberán abandonar, por sobre todas las cosas, serán las prácticas democráticas y la transparencia en su accionar.
De parte de la sociedad, el reto que tenemos enfrente es continuar vertebrándonos en organismos intermedios que nos permitan organizarnos en pro de los grandes temas y necesidades y contribuyendo a la armonía.
México es más grande que sus problemas.
Pongamos cada quien nuestra parte.
Nos encontraremos más adelante esperando que el lunes 3 de junio todo marche en orden.
Federico Torres López.