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La idea del Gobierno de México es sacar provecho a las ventajas del T-MEC para atraer inversión extranjera
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Esto, en parte a raíz de las mayores restricciones de EEUU para importaciones de otras regiones
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Pero cabe destacar que Washington también ha puesto límites más duros a reglas de origen en sectores como automotriz
Una de las grandes consecuencias de la pandemia en el país ha sido una severa afectación de tipo económico. Como en el resto del mundo, un sinfín de industrias y marcas en México están tratando de recuperarse y volver a ser redituables, aún cuando buena parte de la actividad aún está en pausa. Sin embargo, algunos temían que este retorno a la productividad sería difícil a raíz del menor atractivo de la nación a inversionistas extranjeros. Pero eso estaría por cambiar.
De acuerdo con Reuters, el Gobierno de México está en contacto con varias empresas de una escala global para tratar de convencerlas de traer su inversión hacia México. En concreto, se les está seduciendo para abandonar sus operaciones en Asía y que las trasladen al país. Esto, con la excusa de aprovecharse del T-MEC que acaba de consolidarse con Canadá y Estados Unidos (EEUU). El presidente Obrador (AMLO) habría platicado personalmente con las marcas.
En entrevista con Reuters, la titular de la Secretaría de Economía, Graciela Márquez, confirmó la información. De acuerdo con la funcionaria, México está particularmente interesado en crear un panorama atractivo para compañías en el sector del acero. Entre las empresas con las que se ha sostenido negociaciones, está la surcoreana POSCO y la japonesa Nippon Steel Corp. También se sostuvo un diálogo con las gigantes Mitsubishi y Ternium en el tema automotriz.
¿Busca México ocupar el lugar de China?
La cuestión del T-MEC ha dado mucho de qué hablar desde el momento que se empezó a re-negociar su predecesor, el TLCAN. El viaje de AMLO a EEUU fue presuntamente para discutir algunos detalles sobre este nuevo tratado. Para México se están abriendo oportunidades muy importantes de negocio, no solo con sus socios de América del Norte. Y varias marcas, como Ford, ya estaban preparándose para sacar el mayor provecho a este trato desde hace meses.
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Volviendo a la iniciativa de México en torno a atraer inversiones extranjeras fuera de Asia, es una noticia que suena muy similar a una que ganó relevancia hace unos meses. A finales de mayo, AMLO dijo que la guerra comercial entre China y EEUU podría jugar a favor del país. En concreto, porque podría atraer tanto inyección de dinero de otras compañías como empleos. Esto, porque esperaba que varias empresas salieran de Pekín y buscaran otros mercados.
Resulta evidente que esta visión del presidente sigue vigente. Si tiene éxito, sería una enorme victoria para México. No hay que olvidar que China, en buena parte por las inversiones de sus marcas (y otros negocios en Asia) en manufactura y producción es la segunda economía más grande del mundo. Claro, la República tal vez no alcance el mismo nivel de éxito, en especial si solo se enfoca al sector del acero y el automotriz. Pero es una apuesta bastante atractiva.
Barreras al plan del Gobierno federal
Por otro lado, hay que reconocer que hay varias barreras en el camino de México para poder “usurpar” la posición de China en la economía internacional. Para empezar, hay que recordar que algunos proyectos del Gobierno están ahuyentando las inversiones de varias empresas que ya estaban en el país. También está la cuestión de que organismos internacionales le han bajado el grado de calificación al país. Eso sin contar las bajas perspectivas de crecimiento.
A eso se debe sumar que podría ser muy difícil para México sacar la industria del acero de China y redirigirlo a la República. Según S&P Global, es cierto que no se espera una total recuperación de este sector sino hasta el segundo semestre del año. Pero Foreign Policy confirma que Pekín es la mayor potencia global del mundo en la producción de este metal. Y en datos del Financial Times, es tan fuerte que es clave en su recuperación post-pandemia.