A finales del primer trimestre de 2021, y con una fuerte presión para que Estados Unidos ayudara a otros países a acceder a las vacunas contra el covid-19, la Casa Blanca, con Joe Biden en la administración, liberó 1,5 millones de dosis de la compañía AstraZeneca a Canadá y otras 2,5 millones a México.
Sin embargo, ese conjunto de vacunas, según una investigación de Reuters, se ofrecieron al público sin que los funcionarios de salud ni la sede central de la farmacéutica en Londres, inspeccionaran adecuadamente las operaciones del fabricante estadounidense, la compañía de Baltimore que pertenece a Emergent BioSolutions Inc y que hoy está clausurada.
En esa misma fábrica se elaboraron también dosis de Johnson & Johnson y hay sospechas de contaminación cruzada.
Los organismos de regulación europeos habían certificado que Emergent cumplía con las “buenas prácticas de fabricación” y, sobre esa base, México y Canadá comenzaron a importar e inocular las vacunas, informa la agencia de noticias este jueves 29 de julio.
Sin embargo, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) le confirmó a Reuters que aquella certificación fue muy provisoria y se basó en una “inspección realizada de forma remota” que se concentró únicamente en una porción limitada de las instalaciones de Emergent. Por otra parte, algo clave: en los sitios analizados, en realidad, no se producían las dosis de AstraZeneca.
Esto no se había informado antes, dice la agencia.
20 días después, luego de los envíos de las dosis a México y Canadá, la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos detuvo la producción en esa fábrica cuando descubrió que las vacunas de Johnson & Johnson estaban contaminadas con el material utilizado en las de AstraZeneca.
Un grave problema para ambas marcas y, potencialmente, para los pacientes que recibieron las dosis, aunque no hay reportes de dificultades, dice Reuters.
Posteriormente, los inspectores de la FDA documentaron que la fabricante presentaba “condiciones insalubres” y “personal mal capacitado” en la planta de Baltimore.
La producción en Emergent sigue detenida, con decenas de millones de dosis de ambas vacunas en una especie de limbo regulatorio.
No hay reportes de problemas con estas vacunas de AstraZeneca
Lo bueno es que hay que tener en cuenta que no se han conocido informes de enfermedades o problemas vinculados con estas vacunas fabricadas por Emergent, y los reguladores no han alegado que se hayan administrado vacunas contaminadas a nadie.
Emergent dijo que no ha habido evidencia de contaminación en las tomas de AstraZeneca producidas en su planta.
“Pero los detalles del proceso de aprobación tan defectuoso muestran puntos ciegos que pueden desarrollarse cuando los reguladores nacionales comparten la responsabilidad de supervisar una industria farmacéutica global compleja”, analiza Reuters.