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Según Ebrard, normalmente hay solo seis elementos de seguridad en la Embajada de México en Bolivia
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Desde el pasado seis de diciembre que el ex-presidente Morales abandonó el país para refugiarse en Argentina
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Varios ciudadanos bolivianos perdieron la vida durante las protestas que desencadenaron la salida de Evo
ACTUALIZACIÓN: Se corrigen títulos y textos que ponían Corte Penal Internacional en lugar de Corte Internacional de Justicia de la ONU.
Según RT, se presentará una denuncia contra Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia de la ONU. El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, apuntó que este recurso responde al “asedio” contra la Embajada de México en La Paz. Asimismo, el canciller apuntó que dicha acción responde a la “violación a obligaciones diplomáticas” que está cometiendo el gobierno sucesor de Evo Morales. Específicamente, una afrenta sistemática a la Convención de Viena.
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Animal Político apunta que, en los últimos días, las autoridades de Bolivia reforzaron la cifra de elementos de seguridad en la Embajada de México. Desde el pasado 23 de diciembre se han contado a más de 80 policías y miembros del Ejército alrededor de la sede diplomática. A la vez, se detectaron varios drones sobrevolando las inmediaciones de la propiedad, así como toma de fotografías. Ebrard calificó estas acciones como un “hostigamiento sin precedentes”.
De acuerdo con El Universal, se teme que las autoridades sudamericanas ingresen al inmueble de la Embajada. En la conferencia mañanera, Ebrard apuntó que “lo que está de por medio es la integridad de una representación de México. Es nuestro territorio. Además, que se ponga en tela de juicio el derecho de asilo”. No se pretende retirar al personal diplomático de La Paz. Esto, porque aún hay más de 10 mil connacionales que ahora residen o están visitando Bolivia.
La tensa relación México-Bolivia
Estos atropellos iniciaron tras el “cambio de poder” federal en la nación andina. En noviembre, Evo Morales se vio forzado a “dejar” la presidencia de Bolivia. Lo anterior, luego de una serie de disturbios violentos a lo largo de todo el país que respondían a su cuarta reelección. En su momento, la Organización de Estados Americanos (OEA) dijo que la victoria fue fraudulenta. Varios países, entre ellos México, concordaron que se tenía que repetir el proceso electoral.
Sin embargo, El Ejército de Bolivia obligó a Morales a renunciar y huir del país. Un día después México se ofreció a darle asilo político a Evo, al tiempo que recibía a varios funcionarios de su gobierno. Eventualmente el ya ex-presidente de esta nación aceptó el ofrecimiento de Ebrard y llegó a la nación norteamericana. En su momento, su estancia fue duramente criticada por ciertos segmentos de la población. Sin embargo, también disfrutó del apoyo de muchos otros.
Desde entonces, la situación en Bolivia, así como las repercusiones para México, se volvieron un tema tendencia en todo el mundo. No solo los medios de todo el mundo tomaron el cambio de poder, calificándolo desde Golpe de Estado hasta una “pueblada”. Figuras como Roger Waters se pronunciaron al respecto de estos acontecimientos. La denuncia puntual de acoso a la Embajada en la Paz era trending topic en Twitter, con tres temas y más de 100 mil posts.
En riesgo, la marca-país de Bolivia
Independientemente si se cree que la salida de Morales del poder fue un movimiento legítimo o un proceso violento motivado por intereses globales, es claro que esta riña no es positiva. La marca de Bolivia se ha deteriorado dentro de América Latina, es especial con la dirección que el nuevo gobierno parece estarle dando a la política interior y exterior. Esta pelea con México solo confirma al escenario internacional que la administración de La Paz no es muy amigable.
Con la denuncia ante la Corte Internacional de Justicia, Bolivia tiene una oportunidad de redención. Puede parar su extrema vigilancia a la Embajada de México y demostrar que todavía tiene suficiente buena fe. Esto le ayudaría a recuperar un poco su imagen tan dañada tras la salida de Evo. También podría optar por mantener su persecución a la administración criminal, como ha denominado a su predecesora. Y en el camino, hacer un par de enemigos muy poderosos.