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En 2014, las tarjetas de débito representaron 67 por ciento de las transacciones y 53 por ciento del volumen de compras en TPV.
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Se ha detectado un incremento de 10 por ciento al 23 por ciento en la penetración de pagos electrónicos.
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El estudio mencionó un aumento del 60 por ciento en el promedio de transacciones por tarjeta activa, pasando de 30 a 48 transacciones.
Una investigación de KPMG ha puesto de relieve los avances significativos que México está realizando en el ámbito de la inclusión financiera.
Según el informe, cada vez más mexicanos están utilizando servicios bancarios y otras herramientas financieras clave que antes les eran inaccesibles.
Uno de los puntos destacados del informe es el crecimiento del acceso a cuentas bancarias y servicios de pago digital. Estos avances han permitido una mayor inclusión económica para amplios sectores de la población, incluyendo zonas rurales y comunidades marginadas.
A pesar de estos logros, el estudio también señala desafíos persistentes que deben abordarse para garantizar una inclusión financiera completa. Entre ellos se encuentran la educación financiera continua, la mejora en la infraestructura digital y la reducción de la brecha de género en el acceso a servicios financieros.
México avanza hacia la inclusión financiera, según estudio
México, al igual que otros países, está en un proceso de democratización financiera que, aunque comenzó con altos niveles de exclusión, está avanzando hacia una economía más digital e inclusiva. Según el Banco Mundial, la inclusión financiera implica garantizar que individuos y empresas tengan acceso a una variedad de productos y servicios financieros útiles y asequibles, como transacciones, pagos, ahorros, créditos y seguros, proporcionados de manera responsable y sostenible.
En 2016, como resultado de un diagnóstico realizado por el Consejo Nacional de Inclusión Financiera, se formuló la Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF), la cual identificó los principales problemas relacionados con la exclusión financiera:
- Bajos niveles de tenencia y uso de productos y servicios financieros
- Escaso manejo de pagos digitales
- Infraestructura insuficiente para el acceso y provisión de productos y servicios financieros
- Bajas competencias económico-financieras
- Herramientas insuficientes de información y mecanismos de protección financiera
- Inclusión financiera limitada para personas en situación de vulnerabilidad
No obstante, la entrada de agregadores al mercado en nuestro país ha generado un círculo virtuoso que promueve y facilita el acceso a tarjetas de crédito y débito, derivando en un incremento en la adquisición y la confianza en este tipo de productos, además de ofrecer la posibilidad de hacer pagos y cobros mediante plataformas digitales, lo que ha favorecido aspectos como los siguientes:
- Incremento de 10% a 23% en la penetración de pagos electrónicos
- Aumento de 60% en el promedio de transacciones por tarjeta activa, pasando de 30 a 48 transacciones
- Crecimiento anual compuesto de 14% entre 2014 y 2022 en el número de pagos con tarjeta, pasando de 2,130 millones a 6,040 millones
- Alza de 57% en el número de tarjetas de débito utilizadas para pagar en terminales punto de venta (TPV), al pasar de 53 millones a 83 millones
- En 2014, las tarjetas de débito representaron 67% de las transacciones y 53% del volumen de compras en TPV. Para 2021, estas cifras ascendieron a cerca de 80% y 66% respectivamente
Además, de cada 100 terminales instaladas en 2022, 74 fueron provistas por los agregadores. Según el Informe Anual de Estructuras de los Mercados Financieros 2021 del Banco de México (Banxico), se destaca que el aumento en el número de terminales punto de venta (TPV) se debe al interés creciente de los comercios por aceptar tarjetas como medio de pago, facilitado en gran medida por los agregadores y adquirentes no bancarios. Este fenómeno es resultado directo de la mayor competencia en la industria, que impulsa la adopción de diversos métodos de pago.
La reforma financiera de 2014 en México, orientada a ampliar las opciones en el sector financiero, reconoció la figura del agregador como parte de sus objetivos. La competitividad en el mercado se evidencia en el incremento notable de actores dentro de la industria: mientras que en 2014 había 21 agregadores, para noviembre de 2023 esta cifra había crecido a 52, reflejando un crecimiento anual compuesto del 10.6%.
Sin embargo, persisten desafíos por superar, como establecer costos y condiciones contractuales con los adquirentes, así como enfrentar las dificultades inherentes al desarrollo de nuevos productos y la escasez de personal experimentado en el mercado. Ante estos retos, la industria debe seguir trabajando para crear las condiciones que permitan aprovechar las oportunidades emergentes, fomentando la innovación en los medios de pago y contribuyendo así a la dinámica del sector.