México avanzó una posición en el Índice de Competitividad Internacional 2017, al pasar del lugar 37 al 36, de acuerdo con el estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Aunque subió un puesto, el promedio de los países de la muestra presentó mayores avances tanto en inversión y talento, así como en la mayoría de los indicadores de los subíndices, según indicó este miércoles ante medios de comunicación, Melina Ramírez, investigadora del organismo.
La especialista señala que el país “no está avanzando a la velocidad que debería”, porque el objetivo no es que el país mejore con respecto a sí mismo, sino respecto a las mejores experiencias internacionales.
La muestra del Imco mide a 43 países con 129 indicadores y 10 subíndices en cuyo marco el mundo ganó competitividad en cuanto a talento, en donde el porcentaje de la PEA con educación superior incrementó de 28 a 29.8 por ciento, y de seguir esta tendencia para 2063, el ciento por ciento de la PEA de los países evaluados tendrá educación superior.
La posición de México en la mayoría de los subíndices es estable; sin embargo, tuvo una reducción en aranceles agrícolas y de manufactura, así como menores barreras ocultas a la importación, llevó al país a subir seis lugares en Relaciones internacionales, mientras que un mayor crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) consiguió que México ganara tres posiciones en Economía.
En el subíndice de Derecho, México subió del lugar 40 al 39; en el de Medio Ambiente lo hizo del 35 al 34; en Sistema Político del 21 al 20 y en Mercado de Factores del 34 al 26. Se mantuvo sin movimiento en el subíndice de Sociedad en la posición 37, Gobiernos en la 32; precursores en 37 e Innovación en la 26.
En este contexto, el organismo presentó el documento Memoramdum para el Presidente 2018-2024, que contiene en su opinión los desafíos que amenazan la competitividad en México.
Consideró fundamental proteger y profundizar la senda de las reformas estructurales, sobre todo la educativa y la energética.
En la parte energética, dijo que Pemex debe generar las condiciones para competir en un mercado abierto, mejorar sus finanzas y cambiar su cultura interna para asociarse y competir con otras empresas.
Alertó que frenar la reforma energética implicaría quitar más de 190 mil millones de pesos de otros rubros del presupuesto federal para compensar la inversión privada que se ha detonado hasta la fecha en el sector.
Otro punto es que 57 por ciento de los trabajadores está empleado en el sector informal, lo que reduce su ingreso y frena los aumentos de la productividad.
El tercer reto es que el gobierno no está aprovechando la tecnología para hacer más eficiente su desempeño.
El cuarto punto es la relación México-Estados Unidos, en la que se debe ver más allá de la crisis que implica la presidencia de Donald Trump, por lo que es necesario ampliar y diversificar el número de actores que pesan en la agenda bilateral, así como promover “el poder suave” de México, y el quinto reto es garantizar el Estado de Derecho.
El organismo propone combatir la corrupción y reconstruir la seguridad pública; fortalecer la implementación de las reformas educativa y energética; cero Impuesto Sobre la renta (ISR) para asalariados formales que ganan menos de 10 mil 298 pesos mensuales; y crear un sistema de seguridad social universal.