México avanzó cuatro puestos en el Índice Global de Competitividad (IGC) publicado por el Foro Económico Mundial, al pasar del sitio 61 al 57 de un total de 140 economías que engloban el 98.3 por ciento del Producto Interno Bruto Mundial.
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El ICG mide cómo un país administra sus recursos y qué tan alta es su capacidad para incrementar sostenidamente la productividad empresarial, así como el bienestar de su población. La información proviene principalmente de una encuesta a los ejecutivo de cada país sobre su visión del clima de negocios.
Una de las principales conclusiones de la edición 2015 es que todas las economías necesitan redoblar sus esfuerzos para impulsar políticas públicas útiles para enfrentar los retos que dejó la crisis de 2008 en el mundo, como el desempleo, el difícil acceso al crédito, las caídas en la inversión o el envejecimiento de la población.
Suiza es, por séptimo año consecutivo, el número uno en el índice. El reporte describe a este país como un semillero de innovación tecnológica, con el mayor número de centros de investigación, así como la mayor inversión privada en investigación y desarrollo. Es número uno también en sofisticación de negocios y tiene el mejor sistema educativo del mundo.
El documento destaca que México y Colombia son las dos economías latinoamericanas que tuvieron avances, mientras que Brasil, primera potencia económica de la región, continúa con una tendencia a la baja.
“México progresa cuatro posiciones a pesar de algo de deterioro en su ambiente institucional, gracias a las mejorías en la eficiencia de los mercados financiero -categoría en la que nuestro país avanzó 17 lugares- sofisticación de los negocios, y por su fomento a la innovación”, señala el reporte.
Para el Foro Económico Mundial, México se beneficia de un buen mercado de bienes y servicios, pese a que el nivel de competitividad en este sector es bajo, y también de tener uno de los mercados de consumo más grandes del mundo, el número 11 a nivel mundial, por ser el segundo país más grande de América Latina.
Estos resultados, continúa el reporte, señalan que las recientes reformas estructurales están dando frutos, pero los retos siguen ahí. Pese a que ha habido cierta mejoría en el mercado laboral (un avance de siete posiciones al lugar 114), “la rigidez sigue siendo un problema, así como la debilidad de las instituciones públicas y privadas que reflejan el hecho de que la corrupción es considerada como el principal obstáculo para hacer negocios”.
De acuerdo con Mariana Tapia, investigadora del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), las conclusiones del WEF sobre nuestro país significan que debemos ampliar nuestras interacciones con otros mercados y garantizar el desarrollo del mercado interno para el consumo.
“Subimos ocho posiciones en ‘sofisticación de negocios’, lo que significa que el desarrollo de clústeres y la reducción de barreras de entrada a competidores han sido buenas estrategias para nuestro país”, dice la investigadora en un artículo sobre el IGC.
Con base en estos resultados, el IMCO propone que se flexibilice el mercado laboral para que coexistan las necesidades de trabajadores y empleadores, por ejemplo con horarios flexibles para madres y padres, así como incentivos para aumentar la formalidad.
“México debe incentivar la comunicación entre el mercado laboral y el de educación superior. Actualmente el 50 por ciento de la matrícula universitaria se concentra en sólo nueve carreras, lo que limita las oportunidades laborales de los jóvenes, pero también la capacidad de las empresas para encontrar personal calificado, innovador y competitivo. Para esto, es fundamental que los consumidores de educación superior cuenten con información sobre los costos de estudiar una carrera, los beneficios y sus expectativas de salario antes de decidir”, comenta Tapia.
Sobre el problema de la corrupción, la propuesta del IMCO es que se acelere la aprobación de la legislación secundaria del Sistema Nacional Anticorrupción, con la colaboración del sector privado como aliado.