El pasado domingo se celebró la 90ª Gala de los Oscares, ya sabemos que se premió a una película sobre el Día de Muertos, también el magnífico trabajo de Guillermo del Toro, en La Forma del Agua. Pero más allá del nacionalismo por el orgullo del talento mexicano ¿Qué significa esto en términos de marketing? ¿Es cierto que los mexicanos estamos conquistando mercados nuevos?
La película ganadora en la categoría de animación ‘Coco’ recaudó 71.2 millones de dólares en su primer fin de semana de transmisión en los Estados Unidos, contra 9.3 millones que compiló en México, es decir, que ganó casi siete veces más en el país vecino; en donde superó por ejemplo a ‘La liga de la justicia’ que sólo obtuvo 60 millones de dólares. Además la canción ‘Recuérdame’ de la misma película, ganó el premio a la mejor canción del año.
Quienes crecimos en los ochentas, teníamos la idea de que aquellas películas que veíamos en inglés, no reflejaban nuestra realidad, por el contrario, esas súper producciones que nos cautivaron, eran ajenas para nosotros en términos culturales. Nos imaginábamos que el éxodo de mexicanos a los Estados Unidos traería como resultado una profunda transculturización, ahora es la mexicanidad la que se muestra en las pantallas.
Para entender el impacto de nuestra cultura hay que tener en cuenta que los inmigrantes son el 13% de la población en los Estados Unidos, de los cuales 33.6 millones son de origen mexicano, es decir, que cerca de un 7% de la población americana proviene de México. Este mercado tiene un poder adquisitivo superior al PIB de todo nuestro país, son segmento numeroso de consumidores que compra en base a la nostalgia.
Pero además de generar ganancias millonarias, los migrantes promueven nuestra marca país, porque parece que en el fondo ellos no han cambiado, sino más bien están permeando en la cultura americana. Las tradiciones mexicanas que pensamos locales, se han vuelto un producto de consumo en el vecino país. México como siempre, recibe las regalías sin haberlo planeado, así como también, las invierte sin objetivo. Nuestra economía es tan ineficiente que por ejemplo, la mayor parte de las remesas se gastan en canasta básica y productos de consumo de primera necesidad.
Amén de lo anterior, los colores de la nostalgia pintan la industria del cine, así como también hacen trascender los valores familiares de nuestra sociedad. Hasta siento por momentos que es exagerada la representación mítica de lo mexicano. Lo cierto es que hay tantos Méxicos como versiones de la mexicanidad.
Quizá esta década sea recordada por el declive de la televisión, el medio más influyente de nuestro país que perdió penetración dejando paso a otros medios para el consumo de contenidos como Netflix. México al mismo tiempo ha concentrado sus esfuerzos económicos en los sectores de maquila. Sin embargo, es importante que nuestra marca país así como también la industria del turismo, aprovechen este momento para mostrar sus servicios al mundo. Jamás habíamos dado tanto de qué hablar. Hasta el próximo martes.