Es de todos conocida la calidad de los ciclistas colombianos, reconocida hoy a nivel mundial. Los aficionados mexicanos al ciclismo, desafortunadamente nos hemos tenido que conformar con apoyar y festejar los triunfos de nuestros hermanos latinoamericanos en los grandes eventos internacionales como propios, a falta de ciclistas mexicanos que nos representen en ellos. Sin embargo, refrescante y muy satisfactoria ha sido la noticia que el pasado jueves un ciclista mexicano nos dio.
Los ciclistas colombianos se caracterizan por ser extraordinariamente combativos y resistentes. La orografía y altitud del territorio de su país los ha preparado desde niños para disputar de tú a tú con cualquier ciclista de otra nacionalidad. Han sido medallistas olímpicos y campeones en los grandes eventos internacionales. Sin embargo, no solo las características del territorio colombiano los han catapultado, sino fundamentalmente el sistema y la metodología de trabajo de las instituciones encargadas de detectar y cultivar su talento.
La vuelta a Colombia nació en 1951. Un evento de gran tradición que consiste en recorrer mil 400 kilómetros a través del territorio colombiano. Fueron 176 ciclistas los que intentaron a lo largo 10 etapas obtener la victoria.
Édgar Cadena, ciclista mexicano que porta los colores del equipo Canel’s-ZeroUno, con 21 años y grandes sueños a cuestas, ganó la séptima etapa del evento, conocida como la etapa reina, además de proclamarse subcampeón Sub 23 de esta edición número 72.
La séptima etapa estuvo compuesta por un recorrido de 140.4 kilómetros, iniciando en el municipio de Mariquita y concluyendo en el municipio de Alto del Vino. La línea de salida y la de meta están separadas por un ascenso superior a los 2 mi 200 metros.
Cadena es un ciclista especial, desafortunadamente marcado por la tragedia. Alexia Fernanda Ordóñez Mejía, estudiante de ingeniería, ciclista y novia de Edgar, fue atropellada en el año 2020 junto a su padre, Emilio Ordóñez Amador, mientras rodaban en la autopista México Pachuca, incidente que les costó la vida. El triunfo fue una especie de homenaje para ellos, quienes fueron parte muy importante de su vida.
Mención también muy importante merece Canel’s, empresa mexicana comprometida con ésta y otras actividades deportivas; sin lugar a dudas la marca mexicana que mayor compromiso tiene con el ciclismo en nuestro país. Felicidades.
El triunfo de Edgar nos demuestra una vez más que el ciclista mexicano es competitivo frente a los mejores del mundo y que existen empresas comprometidas con él; sin embargo, mucho nos falta para lograr un sistema que permita consolidar un grupo de ciclistas que nos representen a nivel mundial; mientras tanto, seguiremos festejando triunfos de hermanos latinoamericanos como propios y de cuando en cuando, sentiremos grandiosas satisfacciones como la que Edgar nos regaló.