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Juan Becerril

Metas superiores: más allá de simples propósitos

A las puertas del cierre del año, es el momento en el que se hacen las sumas y restas respecto de los objetivos que nos trazamos y esto me llevó a recordar aquellos propósitos que muchos de nosotros vamos arrastrando en el catálogo de intenciones, tal como dejar de fumar, aprender inglés o hacer ejercicio y me sentí contento que, en mi caso, logré los tres hace algún tiempo y entonces, la pregunta obligada apareció: ¿qué sigue? ¿cómo establecer metas más ambiciosas?

Considere por favor que le estoy compartiendo ejemplos muy básicos pero que igualmente muestran nuestra esencia pues, por un lado, estamos configurados para esforzarnos tanto como nos es posible para así alcanzar el siguiente nivel y por otro, nos vamos volviendo especialistas en procrastinar desde lo simple hasta lo más complejo.

Sin que las siguientes recomendaciones signifiquen que lo económico, emocional o profesional está totalmente resuelto, le quiero compartir algunas metas superiores que le escuché a clientes, líderes o colaboradores que pueden ser combustible de reflexiones y conversaciones muy enriquecedoras:

 

GENERAR IMPACTO: Paralelamente al desarrollo económico y como si se tratara de una forma de retribución a la propia tierra, es común que las y los agricultores verbalicen su alto nivel de consciencia respecto de los beneficios que quieren compartir con la comunidad, región o estado al que pertenecen. Se saben parte de la maquinaria productiva y no solo eso, buscan que sus colegas prosperen al mismo tiempo que ellos sin que su esencia competitiva se vea disminuida.

El alto nivel de colaboración en el surco es una expresión legítima de trabajo en equipo ya sea mediante la consolidación de planes y proyectos a través de la formalidad que suponen asociaciones hasta los más casuales, pero no por ello, menos efectivos puntos de reunión en el café de la ciudad. 

 

Los líderes que van por una meta superior saben generar impacto en sus comunidades.

 

DESARROLLAR LÍDERES: La agricultura se opera con la generación actual pero su futuro se sustenta en las generaciones venideras, razón por la que la industria enfrenta un severo problema: conquistar la atención de las y los jóvenes para que apuesten por el campo.

En un entorno donde la innovación, las soluciones digitales, e incluso ser emprendedor, se constituyen como atractivas alternativas profesionales que capturan las principales opciones para quienes deben van a decidir qué estudiar, nuestro papel como formadores se hace clave.

Agricultores de tercera generación, directivos de compañías agrícolas así como buscadores de talento, debemos operar juntos para atraer a esas estrellas de futuro ofreciendo retos atractivos como los muchos que le he descrito en este espacio y cambiar la narrativa haciendo simbólica y literalmente de nuestra industria, un terreno sumamente fértil.

 

Los líderes que van por una meta superior se responsabilizan por la formación de los líderes del futuro.

 

TRASCENDENCIA: Este es un concepto definido por la RAE desde la óptica de la filosofía como “aquello que está más allá de los límites naturales” y dejando al lado el ego, quienes hoy protagonizan la producción de alimentos en el mundo, saben perfectamente que la idea de dejar un mundo mucho mejor de lo que lo encontraron, toma otra dimensión pues los valores culturales y familiares dan un sentido más profundo y por eso el deseo de dejar una huella permanente.

Paralelamente al reto anual de producir más con menos recursos disponibles y la agresiva volatilidad económica aunada a la creciente incertidumbre geopolítica, quienes hacen parte de la AgroIndustria entienden que es su prestigio y el de sus antecesores lo que está en juego además de que lo que de ellos se diga aun después de su partida, si importa pues su palabra y cumplir sus promesas, es la herencia más apreciada por este gremio. 

 

Los líderes que van por una meta superior se preocupan por trascender.

 

SEMBRANDO REFLEXIÓN

Y hablando de objetivos, una metodología bastante eficiente y popular para su establecimiento es el modelo SMART que es muy bien resumido en el portal BBVA: “son propósitos o intenciones de la organización y deben cumplir con al menos 5 características que derivan de los conceptos que componen su acrónimo e inglés: S (specific), M (measurable), A (attainable), R (relevant) y T (timely)”.

Con el afán de compartir y sumar mis dos centavos, le propongo a usted que agregue las letras E y R al modelo: Empatía y Responsabilidad.  Considerar el impacto en las personas, requiere de sensibilidad y de adueñarse de las consecuencias de las decisiones por lo que pueden hacer en el diseño futuro tanto de las empresas familiares y organizaciones globales. ¿Le gusta la idea del modelo SMARTER?

Lo invito a que siga compartiendo y si va a tomar algunos días de descanso, le deseo que los disfrute, aunque no por ello dejaremos de pasar lista en este espacio creado para usted.

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