Por Abraham Geifman
@ageifman
Uno de mis sitios favoritos de mercadotecnia llamado marketingexperiments.com, dedica bastante espacio y contenidos para hablar y plantear metodologĂas sobre un tema que se ha convertido en estratĂ©gico para la era del marketing digital, y se llama LPO –Landing Page Optimization–.
Consiste en un proceso continuo para mejorar la página principal de una empresa, tienda virtual o negocio a partir de que un banner, correo o buscador llevĂł a un prospecto hacia ella. El propĂłsito de hacer LPO es convertir prospectos en clientes, a partir de brindarles la mejor experiencia en lĂnea posible.
Si un internauta busca información sobre un gadget de moda en una tienda virtual, el número de clicks que efectúe para encontrarlo podrá hacer la diferencia entre comprar y no comprar. La página principal o “Landing Page” es fundamental para facilitarle el camino al prospecto hacia el objetivo deseado.
Lo mismo ocurre en los espacios fĂsicos de venta. El “merchandising” o mercadeo, que yo defino como estrategias diseñadas para acercar los clientes a los productos, es fundamental para convertir prospectos en clientes.
Mucho se ha avanzado en tĂ©cnicas para crear mapas o layouts de tiendas en funciĂłn a los hábitos de consumo, a travĂ©s de la ya conocida práctica de la administraciĂłn por categorĂas. Antes era complicado encontrar hilo dental en un autoservicio, hoy existe toda una secciĂłn llamada “cuidado oral” donde encontramos en un solo lugar lo necesario para cuidar nuestras bocas.
Lo mismo debe ocurrir en lĂnea, con la ventaja adicional de que existe tecnologĂa muy accesible para auditar todas las actividades que hace un visitante a un sitio, desde el tiempo que permanece en Ă©l, cĂłmo llego al sitio –a travĂ©s de un buscador, de un correo, de una red social o de un banner–, y los recorridos virtuales que tuvo que hacer para llegar a su objetivo. Es aquĂ donde hace sentido el LPO, en la mejora de experiencia a travĂ©s de optimizar continuamente el portal, en funciĂłn a los hábitos de navegaciĂłn de sus visitantes.
Otro gran beneficio del merchandising en lĂnea es que si un portal reconoce al visitante y tiene informaciĂłn de Ă©l, puede configurar dicha página en funciĂłn a sus hábitos.
Imaginemos un supermercado que reconociera a cada visitante y acomodara inmediatamente sus productos en funciĂłn a los hábitos y preferencias del cliente. Lo que en los espacios fĂsicos es imposible, se puede lograr en las superficies virtuales de venta.
Lo más cercano a mi burdo ejemplo existe con las tiendas 7 -Eleven en JapĂłn. Algunas de estas tiendas cambian el acomodo de sus productos hasta 3 veces en un mismo dĂa, producto de los hábitos ya identificados. Por las mañanas se le otorgan grandes espacios al cafĂ© y a los desayunos para oficinistas, e inmediatamente despuĂ©s se reconfiguran los espacios para amas de casa y por la tarde para estudiantes.
Optimizar un portal de internet quizás no es nuevo, pero se deben aplicar criterios y estrategias similares a los de tiendas fĂsicas para asegurar una experiencia grata del cliente, que puede ser sumamente despiadado y abandonar un sitio desubicado en cuestiĂłn de un solo click en el tan fatĂdico recuadro rojo de la esquina superior derecha.