Las elecciones presidenciales en más de un mercado, las implicaciones económicas de rupturas políticas y asuntos migratorios, son sólo algunos de los elementos que han llevado a más de una sociedad en el mundo ha desarrollarse en ambiente altamente polarizados que han exacerbado problemas nada menores relacionas con racismo, intolerancia y hostilidad.
A principios de este año, un sondeo llevado a cabo por el grupo de comunicación Sky indicaba que, luego de la victoria del Brexit, el 74 por ciento de los británicos afirmaba que Reino Unido era un país dominado por la división, al mismo tiempo que el 55 por ciento piensa que las relaciones intercomunitarias empeorarán a lo largo del proceso Brexit. De hecho, el 57 por ciento de los habitantes en Reino Unido afirma que las expresiones racistas han crecido de manera importante en la nación.
La percepción al respecto no es errónea. Cifras oficiales indican que los crines de odio motivados por la raza o religión se han disparo un 41 por ciento desde el referéndum que está a punto de cumplir un año.