El escenario económico de México experimenta un constante cambio que impacta directamente en la esfera laboral. La relación entre el aumento de salarios y la empleabilidad es pieza clave, y entender cómo estos factores se entrelazan es esencial.
Iniciemos con la premisa de que este 2024 el salario mínimo aumentó 20 por ciento, lo que significa que en el sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo un aumento total del 135 por ciento. Así que a partir del 1° de enero del 2024, el salario mínimo para México se ubicó en 249 pesos por día.
Y es que el salario mínimo en México es un tema que va más allá de cifras, es un indicador clave que impacta la calidad de vida de millones de personas.
Cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), arrojan que de un total de 59.16 millones de trabajadores, casi 20 millones percibe más de 1 y hasta 2 salarios mínimos, lo que representa 33.7 por ciento de la población trabajadora en México.
Aunque de acuerdo con la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), el aumento al salario mínimo permitirá cubrir apenas el 86 por ciento de la línea de bienestar familiar, es decir, el equivalente a dos canastas alimentarias y no alimentarias.
Y aunque se estima que el aumento al salario mínimo beneficiará alrededor del 40 por ciento de las personas que cotizan en el IMSS -empleos formales-, el desafío persiste en encontrar un equilibrio que garantice no sólo ingresos dignos para los trabajadores sino también el impulso de un desarrollo económico sostenible.
Pero claro que el aumento de sueldos no sólo es una recompensa directa para los trabajadores, sino también una estrategia para mantener la competitividad en el mercado laboral.
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