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Se estima que los millennials y centennials representarán el 75 por ciento de la fuerza laboral global.
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Los centennials representaron 32 por ciento de la población mundial tan sólo en el 2019.
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En México, la Generación Z representa 36 por ciento del censo, según el INEGI.
En la mayoría de las empresas del mundo, existe una brecha generacional de más de 40 años. Motivo por el cual las condiciones laborales están adaptadas a las viejas generaciones y no a las nuevas. Esta realidad se traslada a México, donde según cifras del censo de población del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2020, la edad de las personas para trabajar (Población Económicamente Activa, PEA) va de los 15 y hasta los 64 años.
Los mismos datos destacan, que los millennials (entre los 25 y 39 años) representan el 22.6 por ciento de toda la población; los centennials (entre los 15 y 24 años) son el 16.9 por ciento. Ambas generaciones ocupan el 39.5 por ciento de la población mexicana. Por otra parte, los más pequeños de los centennials o Generación Z (entre 10 y 14 años) representan el 8.7 por ciento, y se irán adhiriendo a la fuerza laboral los próximos cinco años.
Esto representa un reto para los departamentos de recursos humanos, ya que han tenido que adaptar los diversos protocolos para garantizar una atención y cubrir las expectativas de este grupo mayoritario de trabajadores.
Cambios con los profesionales Gen-Z
El reciente informe ‘El Efecto Z: tendencias de talento 2023, elaborado por la consultora de comunicación, marketing y asuntos públicos, LLYC, destacó como los nativos digitales acabarán de revolucionar la forma en la que se concibe el trabajo.
Los datos indican que se trata de una generación que, según los expertos, supondrá el 30 por ciento de los profesionales en 2030, impactando directamente en las normativas y creencias que se han infundado en las estructuras laborales desde generaciones anteriores.
“Es en definitiva el fin y comienzo de una era para el mercado laboral, una para la cual muchas empresas se deben adaptar y preparar”, refiere la investigación.
En ese sentido, se conoce que el impacto de esta generación en el ámbito laboral se manifiesta en diversas áreas, donde la principal de ellas siendo su habilidad innata para la tecnología y su comprensión natural de las plataformas digitales, “misma característica que ha acelerado la adopción de herramientas de trabajo en línea y colaboración remota, facilitando la transición hacia modelos de trabajo híbridos y flexibles. Destacan por su deseo de autenticidad y propósito en el trabajo, buscan roles que se alineen con sus valores personales y les permitan contribuir de manera significativa a la sociedad y dentro de esta búsqueda imprescindible por conectar con empresas que puedan articular su misión y valores de manera clara han fijado nuevas normas y precedentes para aquellas empresas que deseen atraer y retener talento joven”.
Asimismo, sostienen que dentro de los parámetros que se han detectado con la entrada de Gen-Z al mercado laboral se ha identificado la gran valoración que estos jóvenes empleados tiene por las empresas que priorizan la salud mental, el manejo de la inteligencia emocional con una comunicación abierta y directa.
“Son una generación que espera retroalimentación constante y oportunidades para colaborar en la toma de decisiones. Con su perspectiva, han redireccionado el enfoque de las jerarquías tradicionales de liderazgo hacia unas estructuras más horizontales y participativas, donde las ideas se valoran independientemente de la antigüedad o el título”, explican.
Por todo eso, las empresas deben de conocer los nuevos retos y oportunidades para atraer talento joven, ya que con la llegada de estas nuevas perspectivas también se han identificado los distintos choques generacionales y desafíos para la recepción de estos nuevos talentos, quienes pueden ser percibidos como impacientes debido a su crianza en una cultura de gratificación instantánea.
“Para ello, los empleadores han de encontrar formas de canalizar esta impaciencia hacia la productividad y el desarrollo profesional”, se lee en el informe.
Y es así, como con estas consideraciones y las nuevas tendencias que se han identificado, es claro que la Generación Z ha llegado con grandes puntadas para el ámbito laboral, con su profunda afinidad por la tecnología, su búsqueda de propósito y autenticidad, su enfoque en la comunicación abierta y su deseo de flexibilidad están aportando un nuevo significado a la forma en que las organizaciones operan y se relacionan con sus empleados.
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