La mentalidad de principiante se refiere a que toda persona debe afrontar cada tarea, reto y proyecto como si fuera un principiante, es decir, con todas las ganas de aprender nuevas formas de llevar a cabo una sola tarea y con plena curiosidad. En el budismo Zen la mentalidad de principiante es llamada Shoshin, un principio que permite a la mente permanecer abierta para recibir nuevos conocimientos y experiencias con pleno entusiasmo.
Una persona que tiene la humildad de reconocer que no lo sabe todo y que se esfuerza por aprender en todo momento es alguien que tendrá más de una solución para un mismo problema. Todo emprendedor debería ir por la vida como un eterno principiante para de esa manera siempre esforzarse en hacer cada tarea lo mejor posible. Las razones por las que todo emprendedor debería utilizar la mentalidad de principiante son varias, pero las vamos a resumir en 5 puntos:
Ayudará a que el emprendedor se sienta motivado: un aprendiz o principiante por lo regular tiene el deseo de saberlo todo y de asimilar los conocimientos en el menor tiempo posible. Pero también sabe que requiere de un tiempo para poder llevarlo a cabo. Así es como un emprendedor debe avanzar con su proyecto: con intenso deseo, pero con paciencia. De esa manera la motivación será un factor que lo acompañe en todo momento.
Gracias a ella podrá renovarse a diario: la mentalidad de principiante provoca que todos los días el emprendedor se maraville con los temas y lecciones que va hallando en el camino. De es manera cada día tiene algo nuevo que ofrecer y la sensación de sentirse renovado será enorme.
Motivará a que su equipo también adopte esta forma de pensamiento: si el emprendedor asimila lo que es la mentalidad de principiante pude transmitirla a su equipo de trabajo o colegas para que trabajen bajo este mismo modelo.
Encontrará métodos revolucionarios para trabajar y hallar soluciones: emprender se trata no solo de iniciar un camino sino de convertirse en un experto con mentalidad de principiante que todos loas días sea capaz e hallar una solución a diversos problemas.
Será una persona más competitiva: aquel que se esfuerza por ser el mejor todos los días, llegará a superar a aquel que cree que ya lo sabe todo. Es una ley de vida, una ley laboral y una ley espiritual. La mentalidad del que va por todo es más amplia en comparación a la del que se quedó con lo aprendido sin querer asimilar algo más.
Ayuda a enfrentar los miedos como un aspecto natural: es normal que cuando algo es nuevo provoque miedo, pero esa sensación debe ser un motor para el emprendedor con mentalidad de principiante. El principiante sabe que no tiene nada que perder y todo por aprender. Bajo esa perspectiva es por lo que esta mentalidad hace de una persona vulnerable una persona que al final será sólido y equilibrado.
Uno de los hombres que cambió todos los paradigmas relacionados al éxito, Steve Jobs, era un defensor pleno de este concepto gracias al cual alcanzó el éxito: “Vive cada día con pasión, especialmente vive cada día en tu negocio de la misma manera de aquel día en que abriste por primera vez. No permitas que la rutina y el conformismo acaben con tus deseos de superación y progreso. Ten siempre una mentalidad de principiante”.
Y sí, la rutina nunca debería ser motivo para cambiar nuestros sueños ni nuestra propia voz. Adopta la mentalidad de principiante y aférrate a este principio sabio que te permitirá llevar a cabo tus obras con pasión desbordada y gozar del camino.