Para nadie es un secreto que las redes sociales son y serán parte importante del proceso electoral que vive México este año. Lo interesante será seguir el rumbo que las acciones dentro de estos espacio de interacción tomen al caminar las campañas. En este sentido, un episodio protagonizado por Ricardo Anaya y José Antonio Meade la noche de ayer presentan una gran oportunidad al respecto.
Poco antes de las 20:00 horas del pasado jueves, José Antonio Meade, candidato del PRI a la presidencia, publicó en su cuenta oficial de Twitter un GIF protagonizado por el abanderado de la coalición Todos por México, Ricardo Anaya. El material fue acompañado por el mensaje “Se le acabó la pila”.
La publicación registra hasta el momento, 4 mil 750 “Me gusta”, al tiempo que motivo la publicación de 3 mil 143 mensajes de respuesta.
Se le acabó la pila ? pic.twitter.com/N74BsZ04g8
— José Antonio Meade (@JoseAMeadeK) 23 de febrero de 2018
Bastaron algunos munidos para que Anaya se promulgara al respecto con una publicación que acompañada por una peculiar imagen afirmaba “ “Son los estragos del gasolinazo que @JoseAMeadeK le recetó a México cuando era Secretario de Hacienda. ¡Lo bueno es que lo sigo viendo por el retrovisor! #YaSeVan #PadreDelGasolinazo”.
Como era de esperarse, diversos usuarios reaccionaron a la contestación, gracias a lo cual el post suma 3 mil 871 “Likes” y poco más de 2 mil 834 comentarios.
Son los estragos del gasolinazo que @JoseAMeadeK le recetó a México cuando era Secretario de Hacienda. ¡Lo bueno es que lo sigo viendo por el retrovisor! #YaSeVan ? #PadreDelGasolinazo pic.twitter.com/oxjsoaudWn
— RicardoAnayaC (@RicardoAnayaC) 23 de febrero de 2018
Por último, Meade decidió no quedarse acallado y lanzó un último tweet en respuesta a Anaya en el que sentenció “No soy yo, Anaya, es Barreiro. No seas ingrato. Regrésate por él”. su menaje supera los 3 mil 100 “Likes” y los mil 900 comentarios.
No soy yo, Anaya, es Barreiro. No seas ingrato. Regrésate por él
— José Antonio Meade (@JoseAMeadeK) 23 de febrero de 2018
La “pelea” librada por dos de los candidatos principales en la contienda por la silla presidencial, sin duda fue un acontecimiento que generó un impacto importante, cuando menos, entre las bases de seguidores de cada uno de los políticos.
En una lectura ligera, y de manera purista, esto puede ser leído como un acierto; interacción con el público meta mediante redes sociales a través de mensajes que logran generar empatía.
No obstante, hablamos de decisiones de comunicación que se alejan del cambio que los espacios como redes sociales prometían a los esfuerzos de marketing político.
En teoría cuando menos, ahora son cada vez más las audiencias que antes de sumarse a tácticas de desacreditación o desprestigio, esperan que estos canales sean utilizados por los representantes políticos para difundir información de interés general y proponer un diálogo abierto con los votantes
De acuerdo con la Asociación de Internet.mx, para 6 de cada 10 mexicanos las nuevas tecnologías y herramientas derivadas de internet los acerca a los procesos democráticos en México.
Una encuesta realizada por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados reveló que los ciudadanos mexicanos están de acuerdo en que el gobierno a través de redes sociales proporcione información sobre acontecimientos relevantes (81.1 por ciento); recopile opiniones y peticiones ciudadanas (81 por ciento); promueva su imagen (50.4 por ciento); o brinde información de transparencia (87.7 por ciento).
Mantener discusiones en redes sociales sin fundamentos y alejados de los intereses así como necesidades reales de la población, evitará que el marketing político experimente la evolución que los retos actuales de comunicación demandan.
Educar y evangelizar a las audiencias sobre buenas prácticas en el uso de estos espacios al momento de compartir, generar y consumir información será vital para lograr que cada inversión ofrezca mayores posibilidades de ganar un voto.
No obstante, con ejemplos como el anterior, parece que antes de apostar por este ambicioso objetivo, se deberá cambiar el chip de los estrategas en comunicación política para explorar nuevas formas de capitalizar los nuevos medios de comunicación. En México es una oportunidad importante que pocos políticos han logrado aprovechar.